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2 Reyes 4:9 - Biblia Martin Nieto

Aquella mujer dijo a su marido: 'Mira, me he dado cuenta de que es un hombre de Dios, un santo, ese que pasa siempre por nuestra casa.

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Biblia Reina Valera 1960

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces la mujer le dijo a su esposo: «Estoy segura de que este hombre que pasa por aquí de vez en cuando es un santo hombre de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ella dijo a su marido: 'He sabido que ese hombre que pasa a menudo por nuestra casa es un santo hombre de Dios;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora sé que el que siempre pasa por nuestra casa° es un santo varón de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ella dijo a su marido: 'Mira, yo sé que es un santo varón de Dios ése que pasa siempre por nuestra casa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo percibo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.

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2 Reyes 4:9
14 Tagairtí Cros  

Mientras Jeroboán estaba de pie junto al altar, quemando incienso, un hombre de Dios llegó de Judá a Betel por orden del Señor,


Entonces ella dijo a Elías: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has entrado en mi casa para recordar mis pecados y dar muerte a mi hijo?'.


La mujer dijo a Elías: 'Ahora sí reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad'.


Entonces ella fue a contar la cosa al hombre de Dios, el cual le dijo: 'Anda, vende el aceite, paga a tu acreedor, y tú y tus hijos vivid de lo restante'.


Un hombre de Dios se presentó a él y le dijo: '¡Oh rey, no lleves contigo tropas de Israel, porque el Señor no está con Israel ni con ninguno de los hijos de Efraín!


Brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos'.


Ésta es la bendición que Moisés, hombre de Dios, pronunció sobre los israelitas antes de morir.


Vosotros sois testigos, y también Dios, de que nos comportamos con vosotros, los creyentes, de una manera noble, justa e irreprochable.


Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y practica la justicia, la religiosidad, la fe, el amor, la paciencia, la amabilidad.


al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, prudente, justo, religioso, con dominio de sí mismo,


Vosotras mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, para que si alguno de ellos se muestra reacio a la palabra, pueda ser ganado sin necesidad de palabras por vuestra conducta


pues los profetas nunca hablaron por su propia cuenta, sino que hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu Santo.


Recordad las palabras que os anunciaron los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador transmitido por vuestros apóstoles.