Demolieron las ciudades y llenaron de piedras los campos fértiles; cegaron todos los manantiales de agua y talaron todos los árboles frutales, hasta que no quedó más que Quir Jareset. Los honderos la cercaron y la atacaron.
2 Reyes 3:26 - Biblia Martin Nieto El rey de Moab, viendo que la lucha era demasiado recia para sus fuerzas, tomó consigo setecientos hombres que empuñaban espada para abrir una brecha contra el rey de Edón, pero no lo consiguió. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y cuando el rey de Moab vio que era vencido en la batalla, tomó consigo setecientos hombres que manejaban espada, para atacar al rey de Edom; mas no pudieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el rey de Moab vio que estaba perdiendo la batalla, salió con setecientos de sus espadachines en un intento desesperado por penetrar en las filas enemigas que estaban cerca del rey de Edom, pero fracasaron. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el rey de Moab vio que le iba mal en la batalla, reunió a setecientos hombres armados de espada para romper el cerco frente al rey de Edom, pero no lo logró. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando el rey de Moab vio que la batalla arreciaba contra él, tomó consigo setecientos hombres diestros en el manejo de la espada,° para abrirse paso contra el rey de Edom, pero no pudieron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al ver el rey de Moab que la lucha era demasiado recia para sus fuerzas, tomó consigo setecientos hombres con las espadas desenvainadas, para irrumpir contra el rey de Edom. Pero no lo consiguieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando el rey de Moab vio que la batalla lo vencía, tomó consigo setecientos hombres que sacaban espada, para abrir brecha contra el rey de Idumea; mas no pudieron. |
Demolieron las ciudades y llenaron de piedras los campos fértiles; cegaron todos los manantiales de agua y talaron todos los árboles frutales, hasta que no quedó más que Quir Jareset. Los honderos la cercaron y la atacaron.
Etonces tomó a su hijo primogénito, el que debía sucederle en el trono, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Sobrevino una gran indignación contra los israelitas, los cuales levantaron el campamento y volvieron a su tierra.
El rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edón se pusieron en marcha, y, después de un recorrido de siete días, faltó el agua para el ejército y las bestias de tiro.
Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Moab y por cuatro no le perdonaré; por haber quemado los huesos del rey de Edón hasta calcinarlos,