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2 Reyes 12:6 - Biblia Martin Nieto

lo recibirán los sacerdotes, cada uno de su conocido, y ellos repararán los desperfectos del templo en cualquier parte que se encuentre algún desperfecto'.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, en el año veintitrés del reinado de Joás, los sacerdotes aún no habían reparado el templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero sucedió que en el año vigésimo tercero del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado los daños de la Casa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

lo recibirán los sacerdotes -cada uno de entre los suyos- y ellos se encargarán de reparar los desperfectos del templo, donde quiera se descubra alguno'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero en el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado las grietas de la casa.

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2 Reyes 12:6
9 Tagairtí Cros  

Joás dijo a los sacerdotes: 'Todo el dinero que traigan al templo del Señor: el dinero de cada israelita empadronado, el dinero establecido por el rescate de las personas y todo el dinero que cada uno tenga a bien traer al templo del Señor,


Pero para el año veintitrés del rey Joás los sacerdotes no habían aún reparado los desperfectos del templo.


Reunió a los sacerdotes y levitas y les dijo: 'Recorred las ciudades de Judá y reunid fondos de todo Israel para reparar, según las necesidades de cada año, el templo de nuestro Dios. Sed diligentes en las obras'. Pero los levitas no se mostraron diligentes.


Como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para degollar todos los animales del holocausto, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminó el trabajo y se purificaron los sacerdotes, porque los levitas habían sido más diligentes que los sacerdotes en purificarse.


¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos.


pues todos buscan sus intereses personales, no los de Jesucristo.


Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad;