como se abren surcos en la tierra, serán esparcidos sus huesos en la boca del abismo.
2 Corintios 4:11 - Biblia Martin Nieto Porque, viviendo, estamos siempre expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Biblia Nueva Traducción Viviente Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestro cuerpo que muere. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues a los que estamos vivos nos corresponde ser entregados a la muerte a cada momento por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra existencia mortal. La Biblia Textual 3a Edicion Porque nosotros, los que vivimos, somos entregados constantemente a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues nosotros, aunque en vida, nos vemos siempre entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal. |
como se abren surcos en la tierra, serán esparcidos sus huesos en la boca del abismo.
¿no se hubiera dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los secretos?
Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu, que habita en vosotros.
Dice la Escritura: Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el día, somos como ovejas destinadas al matadero.
Hermanos, os aseguro que todos los días estoy al borde de la muerte, y que vosotros sois mi gloria en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y así como llevamos la imagen del terrestre, llevaremos también la del celeste.
llevamos siempre y por doquier en el cuerpo los sufrimientos de muerte de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste también en nosotros.
Mientras estamos en esta tienda gemimos oprimidos, ya que no queremos ser desnudados, sino ser revestidos, para que la mortalidad sea absorbida por la vida.
como desconocidos, aunque conocidos; como moribundos, aunque estamos vivos; como castigados, aunque sin ser condenados a la muerte;