Ciertamente vosotros sois el pueblo, con vosotros la sabiduría morirá.
2 Corintios 10:12 - Biblia Martin Nieto Ciertamente, no me atrevo a igualarme ni a compararme con algunos que se alaban a sí mismos; pues, midiéndose y comparándose consigo mismos, demuestran poca inteligencia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Ah, no se preocupen! No nos atreveríamos a decir que somos tan maravillosos como esos hombres, que les dicen qué importantes son ellos pero solo se comparan el uno con el otro, empleándose a sí mismos como estándar de medición. ¡Qué ignorantes! Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo me atrevería a igualarme o a compararme con esa gente que proclama sus propios méritos? ¡Tontos! No tienen otro modelo ni usan otro criterio que ellos mismos. La Biblia Textual 3a Edicion Porque no nos atrevemos a clasificarnos ni compararnos con algunos que se alaban a sí mismos, porque ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sensatos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No nos atrevemos ciertamente a equipararnos o a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Sin embargo, cuando a sí mismos se toman entre sí como medida y se comparan consigo mismos, no obran sabiamente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque no osamos contarnos, o compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; mas ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sabios. |
Ciertamente vosotros sois el pueblo, con vosotros la sabiduría morirá.
¿Ves a un hombre que se tiene por sabio? Más se puede esperar de un necio que de él.
El fariseo, de pie, hacía en su interior esta oración: Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano;
No me atrevería a hablar de alguna cosa que Cristo no hubiera hecho por medio de mi ministerio para conseguir que los paganos aceptaran el evangelio. Esto se ha conseguido con palabras y acciones,
piense ese individuo que lo que digo de lejos por carta soy capaz de llevarlo a la práctica cuando esté con vosotros.
Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
¿Estoy comenzando a recomendarme de nuevo? ¿O es que necesito, como algunos, cartas de recomendación para vosotros o de vosotros?
No intentamos recomendarnos de nuevo, sino daos ocasión de que os sintáis orgullosos de nosotros, para que podáis responder a los que lo hacen externamente, pero no de corazón.