Mucho mirar, pero no te percatas, Con los oídos abiertos, pero no te enteras.
Romanos 2:21 - La Biblia Textual 3a Edicion Tú pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, que predicas que no se hurte, ¿hurtas? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora bien, si tú enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Predicas a otros que no se debe robar, ¿pero tú robas? Biblia Católica (Latinoamericana) Pues bien, tú que enseñas a los demás, ¿por qué no te instruyes a ti mismo? Dices que no hay que robar, ¡y tú robas! Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues bien: tú, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, que predicas no robar, ¿robas? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pero, ¿cómo pueden enseñar a otros, si ustedes mismos no aprenden primero? ¿Cómo pueden enseñar que no se debe robar, si ustedes mismos roban? |
Mucho mirar, pero no te percatas, Con los oídos abiertos, pero no te enteras.
Perros voraces que no conocen la hartura, ¡Y ellos mismos son los pastores! Y no saben discernir: Siguen en pos de su propio camino, Cada uno tras su propio provecho.
Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa, derramando sangre y destruyendo almas, a fin de obtener ganancias deshonestas.
Sus magistrados juzgan por soborno, Sus sacerdotes adoctrinan por la paga, Sus profetas adivinan por dinero, Y con todo, se apoyan en YHVH diciendo: ¿Acaso no está YHVH en medio de nosotros? ¡No nos sobrevendrá pues ningún mal!
y les dice: Está escrito: Mi Casa será llamada° Casa de oración, pero vosotros la estáis haciendo° cueva de ladrones.°
Él respondió: ¡Ay también de vosotros, los doctos de la ley! Porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, pero vosotros no tocáis las cargas con uno de vuestros dedos.
Aquel siervo pues, que conoció la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho.
Le dice: Mal siervo, de tu propia boca te juzgo. ¿Sabías que soy hombre severo, que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembré?
Entonces les dijo: Sin duda me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo.° Cuantas cosas oímos que se han hecho en Cafarnaum, hazlas también aquí en tu tierra.
sino que trato con severidad mi cuerpo, y lo reduzco a servidumbre; no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo quede desaprobado.
Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley, pero desean que vosotros seáis circuncidados para gloriarse en vuestra carne.