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Números 30:7 - Nueva Biblia Española (1975)

y al enterarse el marido no le dice nada, entonces los votos son válidos y quedan en pie los compromisos;

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Biblia Reina Valera 1960

si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si su marido llega a saber de su voto o de su promesa y no se opone el día que se entera, sus votos y sus promesas siguen en pie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Está también el caso de una mujer que se casa cuando todavía está ligada por un voto o por una promesa que ha hecho imprudentemente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y su marido oye, y cuando oye se calla, los votos de ella serán firmes, y la obligación que se impuso será firme.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si cuando se casa está ligada por algún voto u obligada por una palabra que salió por inadvertencia de su boca,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será.

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Números 30:7
7 Tagairtí Cros  

A la mujer le dijo: Mucho te haré sufrir en tu embarazo, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará.


Cuando nosotras quemamos incienso y ofrecemos libaciones a la reina del cielo, ¿acaso hacemos tortas con su imagen y le ofrecemos libaciones sin el consentimiento de nuestros maridos?


Y si se casa, estando ligada por el voto o por el compromiso que salió de sus labios por irreflexión,


pero si al enterarse el marido lo desaprueba, entonces anula el voto que la ligaba y los compromisos salidos de sus labios. El Señor la dispensa.


Así, una mujer casada está legalmente vinculada al marido mientras él está vivo, pero, si el marido muere, queda libre de las leyes del matrimonio.


Y añadió esta promesa: Señor de los ejércitos, si te fijas en la humillación de tu sierva y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu sierva y le das a tu sierva un hijo varón, se lo entrego al Señor de por vida y no pasará la navaja por su cabeza.


Su marido, Elcaná, le respondió: Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que dejes de darle el pecho. Y que el Señor te conceda cumplir tu promesa. Ana se quedó en casa y crió a su hijo