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Lucas 11:19 - Nueva Biblia Española (1975)

Ahora, si yo echo los demonios con poder de Belzebú, los discípulos de ustedes ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos los juzgarán a ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces, si mi poder proviene de Satanás, ¿qué me dicen de sus propios exorcistas quienes también expulsan demonios? Así que ellos los condenarán a ustedes por lo que acaban de decir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y si Yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por esto, ellos serán vuestros jueces.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero si yo expulso a los demonios por arte de Beelzebul, ¿por arte de quién lo expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pues si yo echo fuera los demonios por Belcebú, ¿vuestros hijos por quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

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Lucas 11:19
10 Tagairtí Cros  

te condena tu boca, no yo; tus labios atestiguan contra ti.


Ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al cabeza de familia le han puesto de apodo Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa!


Se hablaba de él en toda Siria: le traían enfermos con toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curó.


El contestó: Por tu boca te condeno, empleado inútil. ¿Entonces sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y cosecho lo que no siembro?


Intervino Juan y dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y hemos intentado impedírselo, porque no anda con nosotros.


Algunos exorcistas judíos ambulantes probaron también a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los poseídos, diciéndoles: Les conjuro por ese Jesús que Pablo predica.


Como sabemos, siempre que la Ley habla se dirige a sus súbditos; con esto se les tapa la boca a todos y el mundo entero queda convicto ante Dios.