Elías, el tesbita (de Tisbé de Galaad), dijo a Ajab: ¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.
Levítico 26:19 - Nueva Biblia Española (1975) Quebrantaré su terca soberbia. Convertiré su cielo en hierro y en bronce su tierra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Biblia Nueva Traducción Viviente Quebrantaré su espíritu orgulloso al hacer que el cielo sea tan rígido como el hierro y la tierra tan dura como el bronce. Biblia Católica (Latinoamericana) Quebrantaré su orgullosa fuerza; haré que el cielo sea de hierro para ustedes y la tierra de bronce. La Biblia Textual 3a Edicion Quebrantaré la soberbia de vuestro poderío, y tornaré vuestros cielos como hierro y vuestra tierra como bronce. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quebrantaré el orgullo de vuestro poderío, haré como de hierro vuestro cielo y como de bronce vuestra tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y quebrantaré la soberbia de vuestro poder, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. |
Elías, el tesbita (de Tisbé de Galaad), dijo a Ajab: ¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.
Cuando, por haber pecado contra ti, se cierre el cielo y no haya lluvia, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten cuando tú los afliges,
que es el día del Señor de los ejércitos: contra todo lo orgulloso y arrogante, contra todo lo empinado y engreído,
allí dentro extenderá las manos, como las extiende el nadador al nadar. Pero él abatirá su orgullo y los esfuerzos de sus manos;
doblegó a los que habitan en la cumbre, y a la ciudad encaramada la abatió, la abatió hasta el suelo, la tumbó en el polvo;
¡Ay de la corona fastuosa de los ebrios de Efraín y de la flor caduca, joya de su atavío, que está en la cabeza de los hartos de vino!
Así dice el Señor: Lo mismo desgastaré el orgullo de Judá y el orgullo desmedido de Jerusalén;
Faltaban los aguaceros, no venían las lluvias, y tú, ramera desfachatada, no sentías vergüenza.
Dile a la casa de Israel: Esto dice el Señor: Mira, voy a profanar mi santuario, su soberbio baluarte, el encanto de sus ojos, el tesoro de sus almas. Los hijos e hijas que dejaron caerán a espada.
Esto dice el Señor: Caerán los que apoyan a Egipto, su orgulloso poderío menguará; de Migdal a Asuán caerán a espada -oráculo del Señor- .
Convertiré el país en desierto desolado y así terminará su terca soberbia. Quedarán desolados los montes de Israel, sin nadie que los transite.
Traeré a los pueblos más feroces para que se adueñen de sus casas; pondré fin a su terca soberbia y serán profanados sus santuarios.
Y ahora yo, Nabucodonosor, alabo y ensalzo y glorifico al Rey del cielo, porque sus obras son justas y rectos sus caminos; al que procede con arrogancia lo humilla.
Aquel día no tendrás que avergonzarte de las acciones con que me ofendiste, porque extirparé tus soberbias bravatas y no volverás a insolentarte en mi monte santo'.
Además, no les quede duda de que en tiempo de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en todo el país, había muchas viudas en Israel;
porque se encenderá la ira del Señor contra ustedes, cerrará el cielo y no habrá más lluvia, el campo no dará sus cosechas y desaparecerán en seguida de esa tierra buena que les va a dar el Señor.
Que el cielo sobre tu cabeza sea de bronce y la tierra bajo tus pies, de hierro.
El arca de Dios fue capturada y los dos hijos de Eli, Jofní y Fineés, murieron.
La tropa volvió al campamento, y los concejales de Israel deliberaron: ¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos? Vamos a Silo, a traer el arca de la alianza del Señor, para que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.