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Levítico 11:7 - Nueva Biblia Española (1975)

el cerdo, que es bisulco y tiene la pezuña partida, pero no es rumiante: ténganlo por impuro.

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Biblia Reina Valera 1960

También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El cerdo tiene pezuñas partidas de manera pareja, pero no rumia, también es impuro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El cerdo, que tiene la pezuña partida, hendida en dos uñas, pero no rumia, será impuro para ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

También el cerdo, aunque tiene pezuña y es de pezuña hendida, no rumia, será inmundo para vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

el cerdo, que tiene la pezuña hendida y el casco partido, pero no rumia, será inmundo para vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

También el puerco, aunque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.

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Levítico 11:7
11 Tagairtí Cros  

que se sentaba en los sepulcros y pernoctaba en las grutas, que comía la carne del puerco y caldo abominable en las tazas;


Los que se consagran y purifican para entrar en los jardines tras una que ocupa el centro, los que comen carne dé puerco y reptiles y ratas, sus obras y sus planes perecerán juntos -oráculo del Señor- .


Hay quien inmola un toro, y es como si matara a un hombre; hay quien sacrifica una oveja, y es como si desnucara un perro; hay quien trae una ofrenda, y es como si fuera sangre de puerco; hay quien inciensa invocando, y es como si bendijera a un ídolo. Todos ellos eligieron su camino y escogieron sus abominaciones,


De los animales terrestres pueden comer todos los rumiantes, bisulcos, de pezuña partida;


la liebre, que es rumiante, pero no tiene la pezuña partida: ténganla por impura;


No coman su carne ni toquen su cadáver: son impuros.


No den lo sagrado a los perros ni les echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y además se vuelvan y los destrocen.


Fue entonces y se puso al servicio de uno de los naturales de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.


Los demonios salieron del hombre y se metieron en los cerdos; el rebaño se lanzó por el precipicio al lago y se ahogó.


el jabalí, que tiene la pezuña partida, pero no es rumiante, ténganlo por impuro. No coman sus carnes ni toquen sus cadáveres.