te escuchen o no te escuchen, pues son casa rebelde, y sabrán que hay un profeta en medio de ellos.
Juan 15:22 - Nueva Biblia Española (1975) Si yo no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos no serían culpables si yo no hubiera venido a hablarles, pero ahora no tienen ninguna excusa por su pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado. Pero ahora su pecado no tiene disculpa. La Biblia Textual 3a Edicion Si no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían° pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado no serían culpables, pero ahora no tienen excusa de su pecado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa de su pecado. |
te escuchen o no te escuchen, pues son casa rebelde, y sabrán que hay un profeta en medio de ellos.
el día que menos se lo espera, y a la hora que no ha previsto llegará el patrón y lo pondrá en la calle, mandándolo a donde se manda a los que no son fieles.
Cuando uno me rechaza y no acepta mis exigencias, tiene quien le dé sentencia; el mensaje que he propuesto dará sentencia contra él el último día.
Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto delante y, Sin embargo, nos han tenido odio lo mismo a mí que a mi Padre.
Le replicó Jesús: No estaría en tu mano hacer nada contra mí si Dios no te dejara. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.
Les contestó Jesús: Si fuesen ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, su pecado persiste.
Pues bien, Dios, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, manda ahora a todos los hombres en todas partes que se enmienden;
desde que el mundo es mundo, lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su divinidad, resulta visible para el que reflexiona sobre sus obras, de modo que no tienen disculpa.
Por eso tú, amigo el que seas, que te constituyes en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te estás condenando a ti mismo, porque tú, el juez, te portas igual.
En resumen, el que sabe cómo portarse bien y no lo hace, está en pecado.
y esto como hombres libres; es decir, no usando la libertad como tapadera de la maldad, sino sirviendo a Dios.