Jesús les contestó: Les aseguro que si tuvieran una fe sin reservas, no sólo harían esto de la higuera; incluso si le dijeran al cerro ése 'quítate de ahí y tírate al mar', lo haría.
Juan 14:12 - Nueva Biblia Española (1975) Sí, se lo aseguro: Quien me presta adhesión, las obras que yo hago también él las hará, y las hará mayores; porque yo me voy con el Padre, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Biblia Nueva Traducción Viviente »Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. Biblia Católica (Latinoamericana) En verdad les digo: El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago y, como ahora voy al Padre, las hará aún mayores. La Biblia Textual 3a Edicion De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que Yo hago, también él las hará; y mayores que éstas hará, porque Yo voy al Padre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'De verdad os aseguro: el que cree en mí, hará las obras que yo hago, y aun mayores las hará, porque yo voy al Padre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago él también las hará; y mayores que estas hará, porque yo voy a mi Padre. |
Jesús les contestó: Les aseguro que si tuvieran una fe sin reservas, no sólo harían esto de la higuera; incluso si le dijeran al cerro ése 'quítate de ahí y tírate al mar', lo haría.
Viendo a lo lejos una higuera con hojas, se acercó a ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.
A los que crean, los acompañarán estas señales: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas,
han oído lo que les dije, que me marcho para volver con ustedes. Si me amaran, se alegrarían de que vaya con el Padre, porque el Padre es más que yo.
Sin embargo, yo les estoy diciendo la verdad: les conviene que yo me marche, pues si no me marcho, el valedor no vendrá con ustedes. En cambio, si me voy, se lo mandaré.
pues el padre quiere al hijo y le enseña todo lo que él hace, y le enseñará obras mayores que éstas para vuestro asombro.
Dijo, pues, Jesús: Todavía voy a estar un poco de tiempo entre ustedes y luego me marcho con el que me mandó.
Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que le dieran su adhesión; pues aún no había Espíritu, porque aún no se había manifestado la gloria de Jesús.
los creyentes circuncisos que habían venido con Pedro se quedaron desconcertados de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los no judíos. Entonces intervino Pedro:
Hizo lo mismo muchos días, hasta que Pablo, molesto, se volvió y le dijo al espíritu: En nombre de Jesús Mesías te mando que salgas de ella. Y al instante salió.
hasta el punto que bastaba aplicar a los enfermos pañuelos o prendas que él llevaba encima, para ahuyentar las enfermedades y expulsar los espíritus malos.
Exaltado así por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado: esto es lo que ustedes están viendo y oyendo.
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.
¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Porque han hecho un milagro evidente, lo sabe todo Jerusalén y no podemos negarlo;
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucha eficacia; todos ellos eran muy bien mirados
Muchos de los que habían oído el discurso creyeron, y el número de hombres llegó a unos cinco mil.
hasta el punto de sacar a los enfermos a la calle y ponerlos en catres y camillas, para que al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno.
El mensaje de Dios iba extendiéndose, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso gran cantidad de sacerdotes respondían a la fe.
de muchos poseídos salían los espíritus impuros lanzando gritos y muchos paralíticos y lisiados se curaban.
Pedro le dijo: Eneas, Jesús el Mesías te da la salud; levántate y haz la cama. Se levantó inmediatamente.
Pedro mandó salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar, y, dirigiéndose a la muerta, dijo: Gacela, levántate. Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro se incorporó.
de la fuerza de señales y prodigios, de la fuerza del Espíritu; de ese modo, dando la vuelta desde Jerusalén hasta la Iliria, he completado el anuncio de la buena noticia del Mesías,