Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de 'no te cederé la heredad de mis padres'. Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Jonás 4:9 - Nueva Biblia Española (1975) Respondió Dios a Jonás: ¿Y vale irritarse por lo del ricino? Contestó: ¡Vaya si vale! Y mortalmente. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Dios dijo a Jonás: —¿Te parece bien enojarte porque la planta murió? —¡Sí —replicó Jonás—, estoy tan enojado que quisiera morirme! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Yavé le preguntó: '¿Te parece bien enojarte por este ricino?' Jonás respondió: 'Sí, tengo razón para estar enojado hasta el punto de querer morir. La Biblia Textual 3a Edicion ’Elohim respondió a Jonás: ¿Tanto te irritas por lo de la calabacera? Él respondió: ¡Tengo razón para irritarme hasta la muerte! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Dios respondió a Jonás: '¿Crees que es razonable que te irrites por lo del ricino?'. Él contestó: 'Tengo toda la razón para enojarme hasta desearme la muerte'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. |
Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de 'no te cederé la heredad de mis padres'. Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Tú, que te despedazas con tu cólera, ¿podrás despoblar la tierra o mudar las rocas de su sitio?
Porque el despecho mata al insensato y la pasión da muerte al imprudente.
El Señor le replicó: Tú te apiadas de un ricino que no te ha costado cultivar, que una noche brota y otra perece,
Y cuando el sol apretaba, envió Dios un viento solano bochornoso; el sol abrasaba la cabeza de Jonás y lo hacía desfallecer. Jonás se deseó la muerte y dijo: Más vale morir que vivir.
Entonces les dijo: Me muero de tristeza. Quédense aquí y estén en vela conmigo.
Porque un pesar como Dios manda produce una enmienda saludable y sin vuelta atrás; en cambio, el pesar de este mundo procura la muerte.
En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán, ansiarán morir y la muerte huirá de ellos.
Y como lo importunaba con sus quejas día tras día hasta marearlo, Sansón, ya desesperado,