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Éxodo 9:23 - Nueva Biblia Española (1975)

Moisés extendió su bastón hacia el cielo, y el Señor lanzó truenos, granizo y rayos zigzagueando hacia la tierra: el Señor hizo granizar en el territorio egipcio.

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Biblia Reina Valera 1960

Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Moisés levantó su vara al cielo, y el Señor envió truenos y granizo, y cayeron rayos hacia la tierra. El Señor descargó una terrible granizada sobre toda la tierra de Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así lo hizo Moisés. Extendió su bastón hacia el cielo, y Yavé mandó truenos y granizos, e hizo caer fuego sobre la tierra. Yavé hizo llover granizos sobre el país de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Extendió, pues, Moisés su vara a los cielos y YHVH dio truenos y granizo, y el fuego se extendió por la tierra, y YHVH hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Extendió Moisés su cayado hacia el cielo y Yahveh mandó truenos y granizo, y cayeron rayos sobre la tierra. Yahveh hizo llover granizo sobre el país de Egipto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se desparramó por la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.

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Éxodo 9:23
22 Tagairtí Cros  

El Señor desde el cielo hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.


a su arbitrio, hace que acierten para castigar o para favorecer.


hace caer el hielo como migajas y con el frío congela las aguas;


rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes,


mientras el Señor tronaba desde el cielo, el Soberano hacía oír su voz.


La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales:


rodaba el estruendo de tu trueno, los relámpagos deslumbraban el orbe, la tierra retembló estremecida:


Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos y una nube espesa en el monte, mientras el toque de la trompeta crecía en intensidad, y el pueblo se echó a temblar en el campamento.


Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonar de la trompeta y la montaña humeante. Y el pueblo estaba aterrorizado, y se mantenía a distancia.


Pues mira, mañana a estas horas haré caer un terrible pedrisco como no lo ha habido en Egipto desde su fundación hasta hoy.


Vino el granizo, con rayos que se formaban entre el granizo, un pedrisco grueso como no se había visto en Egipto desde que comenzó a ser nación.


El Señor hará oír la majestad de su voz, mostrará su brazo que descarga con ira furiosa y rayos abrasadores, con tormenta y aguacero y pedrisco.


Pleitearé con él con peste y con sangre; haré que lluevan trombas de agua y granizo, fuego y azufre sobre él y sus huestes y sus tropas aliadas incontables.


Y cuando iban huyendo de los israelitas por la cuesta de Bejorón, el Señor les lanzó desde el cielo un pedrisco fuerte y mortífero en el camino hasta Azeca; murieron más por la granizada que por la espada de los israelitas.


Se produjeron relámpagos, estampidos y truenos, y un terremoto tan violento que desde que hay hombres en la tierra no se ha producido terremoto de tal magnitud.


Granizos como adoquines' cayeron del cielo sobre los hombres, y los hombres maldijeron a Dios por el daño del granizo, pues el daño que hacia era terrible.


Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y toda la hierba verde se abrasó.