Después Abimelec llamó a Abrahán y le dijo: ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Qué mal te he hecho, para que nos expusieras a mí y a mi reino a cometer un pecado tan grave? Te has portado conmigo como no se debe.
Éxodo 32:21 - Nueva Biblia Española (1975) Moisés dijo a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que lo hayas arrastrado a tan enorme pecado? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Biblia Nueva Traducción Viviente Por último, se dirigió a Aarón y le preguntó: —¿Qué te hizo este pueblo para que lo llevaras a caer en un pecado tan grande? Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés dijo a Aarón: '¿Qué te hizo ese pueblo para que lo hayas arrastrado a un pecado tan grave?' La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Moisés a Aarón: '¿Qué te ha hecho este pueblo, para que hayas cargado sobre él tan gran pecado?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? |
Después Abimelec llamó a Abrahán y le dijo: ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Qué mal te he hecho, para que nos expusieras a mí y a mi reino a cometer un pecado tan grave? Te has portado conmigo como no se debe.
Abimelec respondió: ¿Por qué te has portado así con nosotros? Por poco no se acuesta uno de los nuestros con tu mujer y nos hace a todos culpables.
Entregaré a Israel por los pecados que has cometido tú y has hecho cometer a Israel.
Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basa, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel.
Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas.
Contestó Aarón: No te irrites, señor. Sabes que este pueblo es perverso.
Samuel le preguntó: ¿Y qué son esos balidos que oigo y esos mugidos que siento?
Que su majestad se digne escucharme: si es el Señor quien te instiga contra mí, apláquese con una oblación; pero si son los hombres, ¡malditos sean de Dios!, porque me expulsan hoy y me impiden participar en la herencia del Señor, diciéndome que vaya a servir a otros dioses.