Apocalipsis 8:9 - Nueva Biblia Española (1975) un tercio de los seres que viven en el mar murió y un tercio de las naves naufragó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. Biblia Nueva Traducción Viviente murió la tercera parte de todos los seres que viven en el mar y fue destruida la tercera parte de todos los barcos. Biblia Católica (Latinoamericana) la tercera parte de los seres que viven en el mar pereció y un tercio de los navíos naufragó. La Biblia Textual 3a Edicion Y murió la tercera parte de las criaturas que había en el mar, cuantas tenían vida,° y la tercera parte de las naves fueron destruidas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 murió la tercera parte de los seres creados que viven en el mar y se fue a pique la tercera parte de las naves. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en el mar, las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos fue destruida. |
Los peces del Nilo murieron, el Nilo apestaba y los egipcios no podían beber agua, y hubo sangre por todo el país de Egipto.
Oráculo contra Tiro: Ululen, naves de Tarsis, porque está destruido su puerto. Al volver de Chipre lo descubrieron.
En todo el país -oráculo del Señor- dos tercios serán arrancados y perecerán, y quedará sólo un tercio.
Ese tercio lo pasaré a fuego, lo acrisolaré como al oro, lo acendraré como a la plata. Después me llamará y yo le contestaré; diré: Son mi pueblo, y ellos dirán: El Señor es mi Dios'.
Su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra. El dragón se quedó delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando naciera.
El segundo derramó su copa en el mar y el mar se convirtió en sangre de muerto; todo animal marino murió.
AL tocar su trompeta el tercer ángel se desprendió del cielo un gran cometa que ardía como una antorcha y fue a dar sobre un tercio de los ríos y sobre las fuentes.
Al tocar su trompeta el cuarto ángel repercutió en un tercio del sol, en un tercio de la luna y en un tercio de las estrellas: se oscureció un tercio de cada uno y al día le faltó un tercio de su luz, y lo mismo a la noche.
Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y toda la hierba verde se abrasó.
Quedaron sueltos los cuatro ángeles que estaban reservados para matar en tal hora, día, mes y año a la tercera parte de la humanidad.
Estas tres plagas, es decir, el fuego, el humo y el azufre que echan por la boca, mataron a la tercera parte de la humanidad.