1 ¡Aleluya! Alaba, alma mía, al Señor. 2 Alabaré al Señor mientras viva, cantaré himnos al Señor mientras exista. 3 No confiéis en los príncipes, ni en los humanos incapaces de salvar: 4 exhalan el aliento y retornan al polvo, y ese día se malogran todos sus proyectos. 5 Dichoso el que tiene su ayuda en el Dios de Jacob, y su esperanza en el Señor, su Dios, 6 que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que contienen; que guarda lealtad eternamente; 7 que hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor da la libertad a los presos, 8 el Señor da la vista a los ciegos, el Señor endereza a los que están doblados, el Señor ama a los que practican la justicia, 9 el Señor protege a los emigrantes, sostiene a las viudas y a los huérfanos y tuerce el camino de los malhechores. 10 El Señor reinará eternamente; él es tu Dios, Sión, por todas las edades. |
Evaristo Martín Nieto©