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Salmos 102 - Biblia Martin Nieto Biblia Martin Nieto
Salmos 102

1 Oración de un afligido que, en su congoja, derrama su llanto ante el Señor

2 Señor, escucha mi plegaria, llegue hasta ti mi grito;

3 no me ocultes tu rostro el día de mi angustia, atiéndeme el día que te llamo, respóndeme enseguida.

4 Pues mis días se disipan como el humo, y mis huesos queman como brasas;

5 mi corazón se seca como hierba segada, y no me acuerdo de comer ni pan;

6 a fuerza de gemir sólo tengo la piel pegada al hueso.

7 Soy como el búho del desierto, como la lechuza entre ruinas;

8 no duermo nada, soy como el pájaro solitario en el tejado.

9 Mis enemigos me ultrajan sin cesar, me maldicen enfurecidos contra mí.

10 En vez de pan como ceniza, y mezclo mi bebida con mis lágrimas.

11 Por tu indignación y tu furor me has levantado y me has tirado lejos;

12 mis días son como la sombra que declina, y me voy secando como el heno.

13 Mas tú, Señor, reinas por siempre, tu memoria permanece por todas las edades.

14 Levántate y ten misericordia de Sión, pues ya es hora de que tengas piedad, sí, ya ha llegado la hora.

15 Porque tus siervos aman sus piedras y sienten dolor por sus ruinas.

16 Las naciones respetarán el nombre del Señor y los reyes de la tierra tu gloria,

17 cuando el Señor reconstruya a Sión y aparezca en su gloria,

18 cuando atienda la oración del expoliado, y no rechace sus ruegos.

19 Que esto quede escrito para la edad futura, y los que luego nazcan alaben al Señor.

20 El Señor se asomó desde su excelso santuario, miró desde los cielos a la tierra,

21 para escuchar el gemido de los encarcelados y libertar a los condenados a muerte;

22 para que se pregone en Sión el nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén;

23 cuando se congreguen a una los pueblos y los reyes para dar culto al Señor.

24 En pleno camino ha agotado mis fuerzas, ha acortado mis días;

25 dije: 'Dios mío, no me lleves en la mitad de mi vida, pues tus años duran la eternidad'.

26 Tú pusiste al principio los cimientos de la tierra, y los cielos son la obra de tus manos;

27 ellos perecerán, pero tú quedarás, todos se desgastarán como la ropa, serán como la muda que se cambia.

28 Mas tú eres siempre el mismo y tus años no terminan nunca.

Biblia Version Martin Nieto

Evaristo Martín Nieto©