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Jonás 1:5 - Biblia Nacar-Colunga

Llenos de miedo, los marineros invocaban cada uno a su dios, y echaron al mar lo que llevaban en la nave para aligerarla de ello. Jonas, que había bajado al fondo de la nave, se había acostado y dormía profundamente.

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Biblia Reina Valera 1960

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Temieron los marineros, y cada cual clamaba a su dios, y echaron la carga al mar para aligerar la nave. Entre tanto, Jonás había bajado al fondo de la nave, y habiéndose acostado, dormía profundamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los marineros se asustaron y cada uno invocaba a su dios, mientras arrojaban al mar el cargamento de la embarcación, a fin de aligerarla. Jonás, entre tanto, había bajado a la bodega de la nave y dormía profundamente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás se había bajado a los lados del buque, y se había echado a dormir.

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Jonás 1:5
22 Cross References  

Tomaron ellos el buey que les entregaron, aprestáronlo, y estuvieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: “Baal, respóndenos.” Pero no había voz ni quien respondiese, mientras estaban ellos saltando en torno del altar que habían hecho.


Respondióle Satán a Yahvé, diciendo “¡Piel por piel! Y todo cuanto el hombre tiene lo dará gustoso por su vida.


El mandó surgir un viento huracanado, y levantó las olas.


el fuego, el granizo, la nieve, la niebla, el viento tempestuoso, que ejecuta sus mandatos;'


tiempo de ganar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de tirar;'


Reunios, venid, acercaos juntamente los sobrevivientes de las naciones. No tienen entendimiento los que llevan ídolos de madera y ruegan a un dios incapaz de salvar,


¿Dónde están tus dioses que te hiciste? ¡Que se alcen ellos si pueden salvarte al tiempo de tu desventura! Pues tantos son tus dioses cuantas tus ciudades, ¡oh Judá! y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos son los altares a Baal.


No me invocan de corazón, sino que ululan sobre sus almohadillas; por el grano y por el mosto se hacen incisiones. Son rebeldes contra mí.'


Entonces clamaron a Yahvé, diciendo: ¡Oh Yahvé! Que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre y no nos imputes sangre inocente, pues tú, ¡oh Yahvé! has hecho como te plugo.


Temieron aquellos hombres a Yahvé y le ofrecieron sacrificios y le hicieron votos.


Llegóse a él el patrón del barco y le dijo: ¿Qué estás ahí tú durmiendo? Levántate y clama a tu Dios. Quizá se cuidará de nosotros y no pereceremos.


Como el esposo tardaba, se adormilaron y durmieron.


Y volviendo otra vez, los encontró dormidos; tenían los ojos cargados.'


Luego vino a los discípulos y les dijo: Dormid ya y descansad, que se acerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.


Cuando estuvieron satisfechos aligeraron la nave arrojando el trigo al mar.


Le durmió ella sobre sus rodillas, y, llamando un hombre, hizo que raparan las siete trenzas de la cabellera de Sansón, que comenzó a debilitarse. Había perdido su fuerza,


y, tomando tres mil hombres elegidos de entre todo Israel, iba en busca de David y los suyos por el roquedo de Jealim;'