y doce leones en las gradas, uno a cada lado de cada una de ellas. No se ha hecho nada semejante para rey alguno.
Apocalipsis 5:5 - Biblia Nacar-Colunga Pero uno de los ancianos me dijo: No llores, mira que ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David, para abrir el libro y sus siete sellos. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Biblia Nueva Traducción Viviente pero uno de los veinticuatro ancianos me dijo: «¡Deja de llorar! Mira, el León de la tribu de Judá, el heredero del trono de David, ha ganado la victoria. Él es digno de abrir el rollo y sus siete sellos». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces uno de los ancianos me dijo: 'No llores más; acaba de triunfar el león de la tribu de Judá, el brote de David; él abrirá el libro y sus siete sellos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero uno de los ancianos me dice: ¡No llores! ¡He aquí el León, el de la tribu de Judá,° la raíz de David,° ha vencido para abrir el rollo y sus siete sellos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero uno de los ancianos me dice: 'Deja de llorar; que ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David, para abrir el rollo y sus siete sellos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y uno de los ancianos me dijo: No llores; he aquí el León de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. |
y doce leones en las gradas, uno a cada lado de cada una de ellas. No se ha hecho nada semejante para rey alguno.
Tenía el trono seis gradas y un escabel de oro. Tenía brazos a uno y otro lado de la silla, y cerca de los brazos dos leones,
(16) Su corazón es duro como el pedernal, duro como la piedra inferior de la muela.
Y brotará un retoño del tronco de José y retoñará de sus raíces un vástago.
En aquel día, el renuevo de la raíz de Jesé se alzará como estandarte para los pueblos, y le buscarán las gentes, y será gloriosa su morada.
Así dice Yahvé: Cese tu voz de gemir, tus ojos de llorar, porque hay compensación a tus penas.
Llegúeme a uno de los asistentes y le rogué que me dijera la verdad acerca de todo esto. Hablóme él y me declaró la interpretación.
Se agacha, se posa como un león, como una leona, ¿quién la concitará? El que te bendiga será bendecido, y el que te maldiga, maldito será.”
Vuelto a ellas Jesús, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos,
Todos lloraban y plañían por ella. Les dijo El: No lloréis, porque no está muerta; es que duerme.'
Le dijeron: ¿Por que lloras, mujer? Ella les dijo: Porque han tomado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. En diciendo esto, se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero no conoció que fuese Jesús.
acerca de su Hijo, nacido de la descendencia de David según la carne,
Y otra vez dice Isaías: “Aparecerá la raíz de Jesé y el que se levanta para mandar a las naciones; en El esperarán las naciones.”
Pues notorio es que Nuestro Señor nació de Judá, a cuya tribu nada dijo Moisés tocante al sacerdocio.
Apocalipsis de Jesucristo, que, para instruir a sus siervos sobre las cosas que han de suceder pronto, ha dado Dios a conocer por su ángel a su siervo Juan,
Yo, Jesús, envié a un ángel para testificaros estas cosas sobre las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella brillante de la mañana.
Al que venciere le haré sentarse conmigo en mi trono, así como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.
los veinticuatro ancianos caían delante del que está sentado en el trono, y se postraban ante el que vive por los siglos de los siglos, y arrojaban sus coronas delante del trono, diciendo:
Alrededor del trono vi otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas.
Yo lloraba mucho, porque ninguno era hallado digno de abrirlo y verlo.
Así que el Cordero abrió el primero de los siete sellos, vi y oí a uno de los cuatro vivientes que decía con voz como de trueno:
Tomó la palabra uno de los ancianos y me dijo: Estos vestidos de túnicas blancas, ¿quiénes son y de dónde vinieron?