Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Jeremías 14:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 Tú, esperanza y salvación de Israel en momentos de angustia, ¿por qué actúas en nuestra tierra como un extraño, como un viajero que solo pasa la noche?

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Oh Esperanza de Israel, nuestro Salvador en tiempos de aflicción, ¿por qué eres como un desconocido? ¿Por qué eres como un viajero que pasa por la tierra y se detiene solamente para pasar la noche?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Oh Yavé, esperanza de Israel, que nos salvas en tiempo de angustia, ¿por qué te portas como extranjero en este país, o como huésped por una sola noche?

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

8 ¡Oh Tú, Esperanza de Israel, Salvador en tiempo de angustia! ¿Por qué eres como extranjero en el país, Como caminante que se desvía para pernoctar?

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Esperanza de Israel, su salvador en tiempo de apuro, ¿por qué eres como extranjero en el país y como viajero que sólo se detiene para pernoctar?

Ver Capítulo Copiar




Jeremías 14:8
25 Referencias Cruzadas  

¿Por qué, Señor, te mantienes distante? ¿Por qué te escondes en momentos de angustia?


Aunque pase por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!


Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra segura ayuda en momentos de angustia.


Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar;


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud.


El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia.


Él me invocará y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia, lo libraré y lo llenaré de honores.


Señor, ¡ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos! Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.


Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador.


Yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar.


Tú, Dios y Salvador de Israel, eres un Dios que se oculta.


Declaren y presenten sus pruebas, deliberen juntos. ¿Quién predijo esto hace tiempo, quién lo declaró desde tiempos antiguos? ¿Acaso no lo hice yo, el Señor? Fuera de mí no hay otro dios; Dios justo y salvador, no hay ningún otro fuera de mí.


Declaró: «Verdaderamente son mi pueblo, hijos que no me engañarán». Así se convirtió en el Salvador de ellos.


Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia; desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones y dirán: «Solo mentira heredaron nuestros antepasados; ídolos inútiles que no sirven para nada.


Señor, tú eres la esperanza de Israel, todo el que te abandona quedará avergonzado. El que se aparta de ti quedará como algo escrito en el polvo, porque abandonó al Señor, fuente de aguas vivas.


¡Ay! Será un día terrible, un día sin comparación. Será un tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de ella.


Todos los que lo encuentran lo devoran. “No somos culpables —decían sus enemigos—, porque ellos pecaron contra el Señor; ¡él es pastizal de justicia, esperanza de sus antepasados!”.


Rugirá el Señor desde Sión, hará tronar su voz desde Jerusalén y el cielo y la tierra temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.


Vuelvan a su fortaleza, cautivos de la esperanza, pues hoy mismo anuncio que les devolveré el doble.


Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Precisamente por la esperanza de Israel estoy encadenado.


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza,


Cuando el anciano miró y vio en la plaza de la ciudad al viajero, le preguntó: —¿A dónde vas? ¿De dónde vienes?


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos