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Eclesiastés 5:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Cuando vayas a la casa de Dios, cuida tus pasos y acércate a escuchar en vez de ofrecer sacrificio de necios, que ni conciencia tienen de que hacen mal.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando entres en la casa de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que presenta ofrendas a Dios sin pensar hace mal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 No hables demasiado rápido, no te precipites en tu decisión cuando te comprometas delante de Dios, porque Dios está en el Cielo y tú, en la tierra: no te comprometas demasiado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cuando vayas a la Casa de Dios guarda tu pie, y acércate más para oír, que para ofrecer el sacrificio de los necios, porque no saben que hacen mal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 No te precipites con la lengua, ni se apresure tu corazón a proferir una palabra ante Dios, porque Dios está en el cielo, y tú en la tierra. Por ello, sé parco en palabras.

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Eclesiastés 5:1
28 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, cuando aumentó su poder, Uzías se volvió arrogante, lo cual lo llevó a la desgracia. Se rebeló contra el Señor, Dios de sus antepasados, y se atrevió a entrar en el Templo del Señor para quemar incienso en el altar.


«¿Quedará sin respuesta toda esta palabrería? ¿Resultará inocente este hablador?


»¿No está Dios en las alturas de los cielos? ¡Mira las estrellas, cuán altas y remotas!


Dios es muy temido en la asamblea de los santos; grande y portentoso sobre cuantos lo rodean.


—No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.


«Haz un recipiente de bronce para lavarse, con un pedestal también de bronce, y colócalo entre la Tienda de reunión y el altar. Échale agua,


El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.


El Señor aborrece los sacrificios de los malvados, pero se complace en la oración de los justos.


El sacrificio de los malvados es detestable y, más aún, cuando se ofrece con mala intención.


Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.


Moisés dijo a Aarón: «De esto hablaba el Señor cuando dijo: »“En los que se acercan a mí manifestaré mi santidad, y ante todo el pueblo manifestaré mi gloria”». Y Aarón guardó silencio.


Así que inmediatamente mandé a llamarte y tú has tenido la bondad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que el Señor te ha encomendado que nos digas.


Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que estuvieron muy dispuestos a recibir el mensaje y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.


¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a elogiarlos por esto? ¡Claro que no!


Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados.


Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse;


El comandante del ejército del Señor contestó: —Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. Y Josué obedeció.


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