Salmos 84:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁰ Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ Un solo día en tus atrios ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar! Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ Vale por mil un día en tus atrios, y prefiero quedarme en el umbral, delante de la casa de mi Dios antes que compartir la casa del malvado.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.° Escogería antes estar a la puerta de la Casa de mi Dios, Que habitar en las tiendas de maldad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ Mira, oh Dios, nuestro escudo, mira la faz de tu ungido.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁰ 10 (11) Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él; prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados.

Salmos 84:10 Referencias Cruzadas

2 Crónicas 6:42

Oh Jehová Dios, no voltees tu rostro de tu ungido; acuérdate de las misericordias para con David tu siervo.

Salmos 132:10

Por amor a David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro.

Salmos 27:4

Una cosa he pedido de Jehová, y esta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Salmos 63:2

para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.

Lucas 2:46

Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.

Filipenses 3:20

Mas nuestra ciudadanía está en el cielo, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo;

Santiago 2:3

y miráis con agrado al que trae ropa fina, y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y dijeres al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;