dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
¶“El Señor te bendiga y te guarde;
¶el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
¶el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz” ».
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
sufriendo el mismo conflicto que visteis en mí, y que ahora oís que está en mí.
orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,
¶Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre.
Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús,
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención,
para que, tal como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús,
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.
Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.
Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.
Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.
Vosotros sois mis testigos —declara el Señor— y mi siervo a quien he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá.
Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador.
Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he proclamado, y no hay entre vosotros dios extraño; vosotros, pues, sois mis testigos —declara el Señor— y yo soy Dios.
Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?
¶Así dice el Señor vuestro Redentor, el Santo de Israel: Por vuestra causa envié a Babilonia e hice descender como fugitivos a todos ellos, es decir, a los caldeos, en las naves de las cuales se gloriaban.
Yo soy el Señor, vuestro Santo, el Creador de Israel, vuestro Rey.
Así dice el Señor, que abre camino en el mar y sendero en las aguas impetuosas;
el que hace salir carro y caballo, ejército y fuerza (a una se echarán y no se levantarán, como pabilo han sido apagados y extinguidos):
No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado.
He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.
Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos,
entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.
Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni aborrezcas su reprensión,
porque el Señor a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.
¶Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento;
porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus utilidades mejor que el oro fino.
Es más preciosa que las joyas, y nada de lo que deseas se compara con ella.
Larga vida hay en su mano derecha, en su mano izquierda, riquezas y honra.
Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz.
Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la abrazan.
Con sabiduría fundó el Señor la tierra, con inteligencia estableció los cielos.
porque largura de días y años de vida y paz te añadirán.
Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Él reserva la prosperidad para los rectos, es escudo para los que andan en integridad,
guarda las sendas del juicio, y preserva el camino de sus santos.
Aun hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, y hasta vuestros años avanzados, yo os sostendré. Yo lo he hecho, y yo os cargaré; yo os sostendré, y yo os libraré.
estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
El Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.
Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades;
son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!
Bueno es dar gracias al Señor, y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo;
¶Pero tú has exaltado mi poder como el del búfalo; he sido ungido con aceite fresco.
Mis ojos satisfechos han mirado a los que me acechaban, y oyen mis oídos de los malhechores que se levantan contra mí.
El justo florecerá como la palma, crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa del Señor, florecerán en los atrios de nuestro Dios.
Aun en la vejez darán fruto; estarán vigorosos y muy verdes,
para anunciar cuán recto es el Señor, mi roca, y que no hay injusticia en Él.
anunciar por la mañana tu bondad, y tu fidelidad por las noches,
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
Venid, cantemos con gozo al Señor, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Por cuarenta años me repugnó aquella generación, y dije: Es un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos.
Por tanto, juré en mi ira: Ciertamente no entrarán en mi reposo.
Vengamos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos.
pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
sufriendo el mismo conflicto que visteis en mí, y que ahora oís que está en mí.
orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,
por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora,
estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.
Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia.
Porque sol y escudo es el Señor Dios; gracia y gloria da el Señor; nada bueno niega a los que andan en integridad.
Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida.
¡Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor, que mucho se deleita en sus mandamientos.
¶Lo verá el impío y se irritará; rechinará los dientes y se consumirá; el deseo de los impíos perecerá.
Poderosa en la tierra será su descendencia; la generación de los rectos será bendita.
No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce.
Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.
Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
¶Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo.