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Lucas 16:2 - Versión Biblia Libre

Así que el hombre rico llamó a su administrador, y le preguntó: ‘¿Qué es esto que oigo sobre ti? Tráeme tus cuentas, porque no seguirás más cómo mi administrador’.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el patrón lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Prepara un informe final porque voy a despedirte”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Lo mandó llamar y le dijo: '¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no continuarás en ese cargo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y llamándolo, le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Rinde la cuenta de tu mayordomía, porque ya no puedes administrar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Lo llamó, pues, y le dijo: '¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración; que ya no podrás seguir de administrador'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser mayordomo.

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Otras versiones



Lucas 16:2
23 Referencias Cruzadas  

Dios nos va a juzgar por todo lo que hagamos, incluso por lo que hagamos en secreto, sea bueno o malo.


Yo les digo, ustedes tendrán que dar cuenta en el Día del Juicio de cada cosa que hayan dicho de manera descuidada.


“Cuando llegó la noche, el propietario de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales sus salarios. Comienza con los trabajadores que fueron contratados al final y luego continúa con los que fueron contratados al principio’.


Pero Dios le dijo: ‘¡Hombre necio! Esta misma noche vienen a quitarte la vida, ¿quién se quedará entonces con todo lo que has guardado?’


El Señor respondió: “¿Quién es el mayordomo fiel y sabio, el miembro de la familia a quien el dueño encarga para que reparta el alimento a su debido tiempo?


Jesús le contó a sus discípulos este relato: “Había un hombre rico cuyo administrador fue acusado de haber gastado todo lo que le pertenecía a su amo.


“El administrador pensó para sí: ‘¿Qué haré ahora si mi señor me despide de este empleo de administrador? No soy suficientemente fuerte para cavar, y me avergüenza pedir dinero.


Así que cada uno de nosotros tendrá que rendir cuenta de sí mismo a Dios.


Porque de parte de Cloé, algunos me han dicho cosas de ustedes, mis hermanos y hermanas, me han dicho que hay discusiones entre ustedes.


Más que esto, los que tienen tales responsabilidades necesitan ser fieles.


Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.


Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo. Y cada uno de nosotros recibirá lo que merece por lo que hayamos hecho en esta vida, ya sea bueno o malo.


No descuides el don de la gracia de Dios que tienes y que te fue dado por inspiración profética cuando los ancianos de la iglesia impusieron sus manos sobre ti.


Los pecados de algunas personas son muy evidentes, y sin duda alguna son culpables, pero los pecados de otros no se logran ver hasta después.


Cualquiera sea el don que hayan recibido, compártanlo con otros entre ustedes, como un pueblo que demuestra sabiamente la gracia de Dios, en todas sus formas.


Por eso, la buena noticia fue compartida con los que ya murieron,


Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y los libros se abrieron. Y se abrió otro libro, el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados conforme a lo que estaba escrito en ellos y lo que habían hecho.