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1 Corintios 4:5 - Versión Biblia Libre

5 Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sí sacará a luz lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones: entonces la alabanza le vendrá a cada uno de parte de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.

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1 Corintios 4:5
48 Referencias Cruzadas  

Él revela lo que está oculto en las tinieblas, y saca a la luz la sombra de la muerte.


Las personas son estimadas cuando hablan con sensatez, pero los que tienen mentes perversas son aborrecidos.


¡Jóvenes, disfruten de su juventud! ¡Sean felices con lo que es bueno! Mientras sean jóvenes, dejen que su mente guíe su vida, y hagan lo que mejor les parezca. Pero recuerden que Dios los juzgará por todos sus pensamientos y acciones.


Dios nos va a juzgar por todo lo que hagamos, incluso por lo que hagamos en secreto, sea bueno o malo.


Yo veo todo lo que hacen. No pueden esconderse de mí, y sus pecados tampoco están ocultos para mí.


He escuchado a los profetas que profetizan mentiras en mi nombre. Dicen: “¡He tenido un sueño! He tenido un sueño!”


Vienen a presentarme sus sacrificios y se comen la carne, pero yo, el Señor, no los acepto. Ahora él recordará su maldad y los castigará por sus pecados. Ellos volverán a Egipto.


Entonces ustedes podrán volver a distinguir a los que hacen el bien de los que hacen el mal, y también a los que le sirven de los que no le sirven.


Así que no les tengan miedo, porque no hay nada encubierto que no salga a la luz, ni hay nada oculto que no se llegue a saber.


Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y todos los pueblos de la tierra se lamentarán. Verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.


¡Cuán bueno es que el siervo se encuentre haciendo esto cuando su amo regrese!


Su amo le dijo: ‘Has hecho bien, eres un siervo bueno y fiel. Has demostrado que eres fiel en cosas pequeñas, así que ahora te colocaré a cargo de muchas cosas. ¡Alégrate porque estoy muy complacido de ti!’


Su amo le dijo: ‘Has hecho bien, eres un siervo bueno y fiel. Has demostrado que eres fiel en cosas pequeñas, así que ahora te pondré a cargo de muchas cosas. ¡Alégrate porque estoy muy complacido de ti!’


“No juzguen, y ustedes tampoco serán juzgados; no condenen, y ustedes no serán condenados; perdonen, y serán perdonados;


Jesús le dijo: “Si yo quiero que él siga vivo hasta que yo regrese, ¿por qué te preocupa eso a ti? ¡Tú sígueme!”


Esta es la razón por la que se difundió el rumor entre los creyentes de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que él no moriría, solo dijo “si yo quiero que él siga vivo hasta que yo regrese, ¿por qué te preocupa a ti?”


¿Cómo pueden creer en mí si buscan alabanza entre los unos y los otros y no la alabanza del único Dios verdadero?


¿Qué derecho tienes tú para juzgar al siervo de otro? Es su propio amo quien decide si está haciendo bien o mal. Con ayuda de Dios, ellos podrán discernir lo correcto.


Así que si juzgas a otros, no tienes excusa, quienquiera que seas. Pues en todo lo que condenas a otros, te estás juzgando a ti mismo, porque tú haces las mismas cosas.


La buena noticia que yo les comparto es que viene un día cuando Dios juzgará, por medio de Jesucristo, los pensamientos secretos de todos.


Lo que te hace judío es lo que llevas por dentro, una “circuncisión del corazón” que no sigue la letra de la ley sino la del Espíritu. Alguien así busca alabanza de Dios y no de la gente.


Así que los que han seguido haciendo lo correcto, recibirán gloria, honor, inmortalidad y vida eterna.


a fin de que no pierdan ningún don espiritual mientras esperan la venida de nuestro Señor Jesucristo.


Pero si alguno quiere discutir sobre esto, no tenemos ninguna otra costumbre aparte de esta, así como tampoco la tienen las otras iglesias de Dios.


Y cada vez que coman este pan y beban esta copa, ustedes anuncian la muerte del Señor, hasta su regreso”.


Pero cada uno a su tiempo: Cristo como las primicias, y luego los que pertenecen a Cristo, cuando él venga.


pero cualquiera sea el material usado para construir, saldrá a la luz. Porque en el Día del Juicio, el fuego lo revelará y lo probará. La obra de cada uno será mostrada tal como es.


Aquellos cuya edificación se mantenga en pie, serán recompensados.


Y el que siembra, tanto como el que riega la tierra, tienen un mismo fin, y ambos serán recompensados conforme a lo que hayan hecho.


No reciben respeto los que se elogian a sí mismos, sino a los que el Señor elogia.


No intento asustarlos con mis cartas.


Pero sí hemos renunciado a los actos secretos y vergonzosos. No actuamos con engaño ni distorsionamos la Palabra de Dios. Nosotros demostramos lo que somos al revelar la verdad ante Dios, a fin de que todos puedan decidirse a conciencia.


Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo. Y cada uno de nosotros recibirá lo que merece por lo que hayamos hecho en esta vida, ya sea bueno o malo.


Ustedes mismos saben bien que el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche.


No hay ser vivo que esté oculto de su vista; todo está expuesto y es visible ante aquél a quien hemos de rendirle cuentas.


Amigos, no hablen mal unos de otros. Todo el que critica a un hermano creyente y lo condena, critica y condena la ley. Si ustedes condenan la ley, entonces no la están cumpliendo, porque están actuando como jueces.


Amigos, sean pacientes y esperen el regreso del Señor. Consideren al agricultor que espera con paciencia la preciosa cosecha de la tierra mientras crece con la lluvia temprana y tardía.


Amigos míos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados. ¡Miren, el juez está justo a las puertas!


Estas demuestran que su fe en Dios es genuina—aunque también puede ser destruida—y esa fe es más valiosa que el oro. De este modo, su fe en Dios será reconocida y ustedes recibirán alabanza, gloria y honra cuando Cristo aparezca.


Cuando aparezca el Pastor supremo, ustedes recibirán una corona de gloria, que nunca se dañará.


esperando con ilusión y deseo la venida del día del Señor. Ese día los cielos arderán en llamas, y los elementos se fundirán.


“¿Qué sucedió entonces con la venida que prometió?” preguntan. “Desde que murieron nuestros ancestros, todo ha seguido igual, desde la creación del mundo”.


Enoc, quien vivió siete generaciones después de Adán, profetizó sobre estas personas: “¡Miren! El Señor viene con miles y miles de sus santos


Miren que viene rodeado de nubes, y todos lo verán, incluso quienes lo mataron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por él. ¡Que así sea! Amén.


Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y los libros se abrieron. Y se abrió otro libro, el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados conforme a lo que estaba escrito en ellos y lo que habían hecho.


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