Que la culpa de su muerte caiga sobre Joab y su familia. Que los descendientes de Joab siempre tengan a alguien que tenga llagas, o lepra, o esté lisiado o que lo maten a espada, o que se muera de hambre”.
Levítico 13:2 - Versión Biblia Libre “Cualquiera que tenga una hinchazón, un sarpullido o una mancha en la piel que pueda ser una enfermedad infecciosa de la piel debe ser llevado a Aarón el sacerdote o a uno de sus descendientes. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. Biblia Nueva Traducción Viviente «Si alguien tiene una hinchazón, una erupción o una decoloración de la piel que pueda convertirse en una enfermedad grave de la piel, esa persona debe ser llevada al sacerdote Aarón, o a uno de sus hijos. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando uno tenga en su piel tumor, erupción o mancha blanca y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando un hombre tenga en la piel de su carne hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y se convierta en llaga de lepra en la piel de su carne, será llevado al sacerdote Aarón, o a uno de sus hijos los sacerdotes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Cuando alguien tenga en la piel un tumor, pústula o mancha que presente síntomas de llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a alguno de sus hijos sacerdotes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando el hombre tuviere en la piel de su carne hinchazón, o erupción, o mancha lustrosa, y hubiere en la piel de su carne como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote, o a uno de sus hijos los sacerdotes: |
Que la culpa de su muerte caiga sobre Joab y su familia. Que los descendientes de Joab siempre tengan a alguien que tenga llagas, o lepra, o esté lisiado o que lo maten a espada, o que se muera de hambre”.
Naamán, el comandante del ejército del rey de Aram, era considerado un gran hombre por su amo y muy respetado, pues a través de él el Señor había hecho victoriosos a los arameos. Era un poderoso guerrero, pero tenía lepra.
“¡Ahora por causa de esto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre!” Y cuando Giezise marchó, tenía la lepra: se veía blanco como la nieve.
Están heridos de pies a cabeza, magullados y adoloridos, con heridas abiertas que no han sido limpiadas ni vendadas, ni tratadas con aceite de oliva.
Por eso el Señor les llenará la cabeza de costras y dejará al descubierto sus partes íntimas.
El sacerdote inspeccionará lo que sea que esté en la piel. Si el pelo se ha vuelto blanco y si el problema parece ser más que algo en la superficie, es una enfermedad grave de la piel, y el sacerdote que lo inspeccione declarará a la persona impura.
Si el sacerdote descubre que el sarpullido se ha propagado, debe declarar a la persona impura porque es ciertamente una enfermedad de la piel.
El sacerdote debe salir del campamento e inspeccionar a la persona. Si la enfermedad de la piel se ha curado,
el dueño de la casa debe venir y decirle al sacerdote: ‘Parece que mi casa tiene moho’.
Un sacerdote debe enseñar la verdad acerca de Dios, las personas deben acudir a él para aprender, porque él es el mensajero del Señor Todopoderoso.
Cuando la nube se elevó sobre la Tienda, la piel de Miriam se volvió repentinamente blanca por la lepra. Aarón se volvió a mirar y vio que tenía lepra.
Por favor, no dejes que me convierta en un moribundo cuya carne ya se está pudriendo cuando nace!”
“Asegúrate de no contárselo a nadie”, le dijo Jesús. “Ve y preséntate ante el sacerdote y da la ofrenda que Moisés ordenó, como evidencia pública”.
“Asegúrate de no decirle a nadie acerca de esto”, le dijo. “Ve donde el sacerdote y preséntate delante de él. Da la ofrenda que exige la ley de Moisés por tal limpieza, para que el pueblo tenga una prueba de ello”.
Cuando Jesús los vio, les dijo: “Vayan y preséntense ante los sacerdotes”. Y mientras iban de camino, fueron sanados.
“No se lo cuentes a nadie”, le indicó Jesús. “Ve y preséntate tú ante el sacerdote y lleva la ofrenda ceremonial conforme a la ley de Moisés como prueba de que has sido sanado”.
Cuando se trata de enfermedades infecciosas de la piel, asegúrense de seguir cuidadosamente todas las instrucciones de los sacerdotes levitas. Tengan cuidado de seguir las órdenes que les he dado.
El Señor tecausará forúnculos como a los egipcios, con hinchazones y costras y sarpullidos que no se pueden curar.