La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 8:19 - Versión Biblia Libre

“¿Dónde está tu padre?” le preguntaron. “Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre”, respondió Jesús. “Si ustedes me conocieran, entonces conocerían a mi Padre también”.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

—¿Dónde está tu padre? —le preguntaron. Jesús contestó: —Como ustedes no saben quién soy yo, tampoco saben quién es mi Padre. Si me conocieran a mí, también conocerían a mi Padre.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Le preguntaron: '¿Dónde está tu Padre?' Jesús les contestó: 'Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces le decían:° ¿Dónde está tu padre? Jesús respondió: Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais° a mí, también conoceríais° a mi Padre.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Le preguntan entonces: '¿Dónde está tu Padre?'. Jesús contestó: 'Ni a mí me conocéis ni a mi Padre; si a mí me conocierais, conoceríais también a mi Padre'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 8:19
24 Referencias Cruzadas  

Defendía a los pobres y a los necesitados, y así las cosas iban bien. ¿No es esto lo que significa realmente conocerme? declara el Señor.


Les daré el deseo de conocerme, de saber que yo soy el Señor. Serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a estar completamente comprometidos conmigo.


Entonces Jesús oró: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas de las mentes de los inteligentes y sabios. Por el contrario, las has revelado a personas comunes.


Él estuvo en el mundo, y aunque el mundo fue hecho por medio de él, el mundo no supo quién era él.


Aunque ninguno ha visto a Dios, Jesucristo, el Único e Incomparable, quien está cerca del Padre, nos ha mostrado cómo es Dios.


Pero todo lo que les hagan a ustedes será por mi causa, porque ellos no conocen a Aquél que me envió.


Y harán esto porque nunca han conocido al Padre ni a mí. Les he dicho esto para que cuando estas cosas ocurran, recuerden lo que les dije.


La vida eterna es esta: conocerte, a ti que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste.


Mientras enseñaba en el Templo, Jesús dijo en voz alta: “¿Entonces ustedes piensan que me conocen y que saben de dónde vengo? Sin embargo, yo no vine por mi propio beneficio. El que me envió es verdadero. Ustedes no lo conocen,


¡Recobren la razón y dejen de pecar! Algunos entre ustedes no conocen a Dios. Y les digo esto para avergonzarlos.


Pero ahora han llegado a conocer a Dios, o mejor aún, han llegado a ser conocidos por Dios. ¿Cómo pueden volver, entonces, a esas reglas inútiles y sin valor? ¿Quieren ser esclavos de esas reglas nuevamente?


Oro para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les conceda un espíritu de sabiduría para que lo vean y lo conozcan como él es realmente.


De este modo, vivirán vidas que representen correctamente al Señor y que le agraden, dando lugar a todo tipo de buenos frutos y recibiendo mayor conocimiento de Dios.


El Hijo es la imagen visible del Dios invisible. Él era antes de toda la Creación,


El Hijo es la gloria radiante de Dios, y la expresión visible de su verdadero carácter. Él sostiene todas las cosas con su poderoso mandato. Cuando hizo provisión para limpiar el pecado, se sentó a la diestra de la Majestad del cielo.


Todo aquél que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre; y todo el que reconoce al Hijo, tiene al Padre también.


También sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha ayudado a entender, para que podamos reconocer al que es verdadero. Vivimos en él, que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y es vida eterna.


Todos aquellos que se vuelven extremistas y no siguen la enseñanza de Cristo, ni tienen a Dios. Los que siguen la enseñanza de Cristo tienen tanto al Padre como al Hijo en ellos.