Cuando estoy agobiado, tú conoces el camino que debo tomar. Pero donde quiera que voy, las personas me tienden trampas.
Juan 5:6 - Versión Biblia Libre “¿Quieres ser sanado?” Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud? Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús lo vio tendido, y cuando se enteró del mucho tiempo que estaba allí, le dijo: '¿Quieres sanar?' La Biblia Textual 3a Edicion Cuando Jesús lo vio tendido, y conociendo que llevaba° ya mucho tiempo así,° le dice: ¿Quieres ser sano?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al verlo Jesús tendido, y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así, le pregunta: '¿Quieres curarte?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando Jesús le vio postrado, y entendió que hacía mucho tiempo que estaba enfermo, le dijo: ¿Quieres ser sano? |
Cuando estoy agobiado, tú conoces el camino que debo tomar. Pero donde quiera que voy, las personas me tienden trampas.
Me dejé consultar por gente que ni siquiera me hacía preguntas; me dejé encontrar por gente que ni siquiera me buscaba. A una nación que ni siquiera me reclamaba, le dije: ¡Aquí estoy, aquí estoy!.
He visto sus actos de adulterio y lujuria, cómo se prostituyeron descaradamente, adorando a los ídolos en las colinas y en los campos. Sí, vi las cosas repugnantes que hicisteis. El desastre viene hacia ti, Jerusalén. ¿Cuánto tiempo vas a seguir siendo impura?
“¿Qué quieres que yo haga por ti?” “Señor, por favor, quiero ver”, le suplicó.
“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.
Un hombre que estaba allí, había estado enfermo durante treinta y ocho años. Jesús lo miró, sabiendo que había estado allí por mucho tiempo, y le preguntó:
“Señor”, respondió el hombre enfermo, “No tengo a nadie que me ayude a entrar al estanque cuando el agua es agitada. Mientras trato de llegar allí, alguien llega primero que yo.”
No hay ser vivo que esté oculto de su vista; todo está expuesto y es visible ante aquél a quien hemos de rendirle cuentas.
Pues el sumo sacerdote que tenemos no es uno que no pueda entender nuestras debilidades, sino uno que fue tentado de la misma forma que nosotros, pero no pecó.