A estos doce envió Jesús, diciéndoles: “no vayan a los gentiles, ni a ninguna ciudad samaritana.
Juan 17:18 - Versión Biblia Libre Así como tú me enviaste al mundo, yo los he enviado al mundo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Biblia Nueva Traducción Viviente Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. Biblia Católica (Latinoamericana) Así como tú me has enviado al mundo, así yo también los envío al mundo;' La Biblia Textual 3a Edicion Como me enviaste al mundo, también Yo los envié al mundo; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como tú me enviaste al mundo, también yo los voy a enviar al mundo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. |
A estos doce envió Jesús, diciéndoles: “no vayan a los gentiles, ni a ninguna ciudad samaritana.
“Por eso yo les envío profetas, hombres sabios y maestros. A algunos los matarán, a otros los crucificarán, y a otros los azotarán en las sinagogas, y los perseguirán de ciudad en ciudad.
Oro para que todos puedan ser uno, así como tú, Padre, vives en mí y yo vivo en ti, para que ellos también puedan vivir en nosotros a fin de que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo vivo en ellos, y tú vives en mí. Que ellos puedan ser uno completamente, para que el mundo entero sepa que tú me enviaste, y que tú los amas, así como me amas a mí.
Padre bueno, el mundo no te conoce, pero yo te conozco, y estos que están aquí ahora conmigo saben que tú me enviaste.
La vida eterna es esta: conocerte, a ti que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste.
Yo les he dado el mensaje que tú me diste a mí. Ellos lo aceptaron, estando completamente convencidos de que vine de ti, y ellos creyeron que tú me enviaste.
“¡Tengan paz!” les dijo Jesús otra vez. “De la misma manera que el Padre me envió, así yo los estoy enviando a ustedes”.
Dios no envió al Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvar al mundo por medio de él.
Yo los envío a ustedes a cosechar aquello que no sembraron. Otros hicieron la obra, y ustedes han segado ahora los beneficios de lo que ellos hicieron”.
De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”
Me convertí en ministro de esta buena noticia por medio del regalo de la gracia de Dios que se me dio por su poder que obraba en mí.