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Juan 12:5 - Versión Biblia Libre

“¿No era mejor vender este perfume y regalar el dinero a los pobres? El perfume costaba trescientos denarios”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ese perfume se podría haber vendido en trescientas monedas de plata para ayudar a los pobres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Por qué no fue vendido este perfume por trescientos denarios y dado a los pobres?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'¿Por qué no se ha vendido este perfume en trescientos denarios, para dárselos a los pobres?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Por qué no fue este ungüento vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?

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Otras versiones



Juan 12:5
16 Referencias Cruzadas  

Ahora bien, como estamos al servicio del rey y no nos parece bien que se le falte al respeto a Su Majestad, le enviamos esta carta para que esté informado,


“¡No, ustedes solo son unos vagos, unos perezosos!” respondió el Faraón. “Por eso siguenrogando: ‘Por favor, déjanos ir y ofrecer sacrificios al Señor’.


Pero que sigan produciendo la misma cantidad de ladrillos que antes. Son un pueblo perezoso, por eso gritan, pidiendo: ‘Por favor, déjanos ir y ofrecer sacrificios a nuestro dios’.


Ustedes que preguntan: ¿Cuándo se acabará el día santo para poder irme nuevamente a vender? “¿Cuándo se acabará el Sábado para abrir nuestras tiendas, y engañar a la gente con medidas incompletas y pesos falsos?”


Pero cuando ese mismo siervo salió de allí, se encontró con uno de sus consiervos que le debía apenas cien denarios. Lo tomó por el cuello y ahorcándolo, le decía: ‘¡Págame lo que me debes!’


Él decidió pagar un denario por día a los trabajadores, y los envió a trabajar en ella.


Vendan lo que tienen, y denle el dinero a los pobres. Tomen tesoros que no se agotan: tesoros en el cielo que nunca se acabarán, donde ningún ladrón puede robarlo, ni el moho puede destruirlo.


Cuando Jesús oyó esto, le dijo al hombre: “Aún te falta una cosa. Ve y vende todo lo que tienes, dale el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. ¡Entonces ven y sígueme!”


¿Por qué te preocupas por la astilla que está en el ojo de tu hermano, cuando ni siquiera te das cuenta del tronco que está en tu propio ojo?


Pero uno de los discípulos, Judas Iscariote, quien después traicionaría a Jesús, preguntó:


Él no decía esto porque le interesaran los pobres, sino porque era un ladrón. Él era quien administraba el dinero de los discípulos y a menudo tomaba de ese dinero para sí mismo.


Como Judas estaba a cargo del dinero, algunos de ellos pensaron que Jesús le estaba diciendo que se fuera y comprara lo necesario para la fiesta de la Pascua, o que fuera a donar algo a los pobres.


“Doscientas monedas de plata no alcanzarían para comprar suficiente pan y darle a todos aunque fuera un poco”, respondió Felipe.