Pero ellos ni siquiera se habían ido aún a la cama, cuando unos hombres de Sodoma, jóvenes y adultos, de cada parte de la ciudad, vinieron y rodearon la casa.
Éxodo 16:2 - Versión Biblia Libre Allí, en el desierto, se quejaron a Moisés y a Aarón. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; Biblia Nueva Traducción Viviente Allí también toda la comunidad de Israel se quejó de Moisés y Aarón. Biblia Católica (Latinoamericana) Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces murmuró toda la congregación de los hijos de Israel contra Moisés y contra Aarón en el desierto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Toda la comunidad de los israelitas se puso a murmurar en el desierto contra Moisés y Aarón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto. |
Pero ellos ni siquiera se habían ido aún a la cama, cuando unos hombres de Sodoma, jóvenes y adultos, de cada parte de la ciudad, vinieron y rodearon la casa.
Pero ellos olvidaron rápidamente lo que Dios había hecho por ellos, y no escucharon sus advertencias.
Hablaban en sus tiendas sobre el Señor, y se rehusaron a obedecer lo que les había ordenado.
No prestaron atención a todas las cosas buenas que hiciste. No guardaron en su corazón cuánto los amabas, sino que eligieron rebelarse en el mar Rojo.
Se quejaron a Moisés: “¿No había tumbas en Egipto que nos tuvieras que traer aquí en el desierto para morir? ¿Qué nos has hecho al hacernos salir de Egipto?
Pero el pueblo estaba tan sediento de agua que se quejó a Moisés, diciendo: “¿Por qué tuviste que sacarnos de Egipto? ¿Intentas matarnos a nosotros y a nuestros hijos y ganado de sed?”
y dijeron: “¡Que el Señor vea lo que han hecho y los juzgue por ello! Han hecho que el Faraón y sus oficiales se enojen con nosotros. ¡Han puesto una espada en sus manos para matarnos!”
ni uno solo de los que vieron mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto, sino que me provocaron y se negaron a obedecerme una y otra vez;
No se quejen de Dios, como algunos lo hicieron, y murieron en manos del ángel destructor.