Dios, las naciones infieles han invadido tu tierra y han profanado tu Santo Templo. Ha convertido a Jerusalén en montañas de escombros.
Apocalipsis 11:2 - Versión Biblia Libre No midas el patio que está fuera del Templo, déjalo, porque ha sido entregado a las naciones. Ellas pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Biblia Nueva Traducción Viviente pero no midas el atrio exterior porque ha sido entregado a las naciones, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses. Biblia Católica (Latinoamericana) No midas el patio exterior ni lo tomes en cuenta, pues ha sido entregado a los paganos, quienes pisotearán la Ciudad Santa durante cuarenta y dos meses. La Biblia Textual 3a Edicion pero el atrio del santuario déjalo fuera° y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa° durante cuarenta y dos meses. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El atrio exterior del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero el patio que está fuera del templo, déjalo aparte, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. |
Dios, las naciones infieles han invadido tu tierra y han profanado tu Santo Templo. Ha convertido a Jerusalén en montañas de escombros.
Ustedes dicen que son de la Ciudad Santa y afirman que confían en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor Todopoderoso.
“Así que déjenme decirles lo que voy a hacer con mi viña. Quitaré su seto y será destruida. Derribaré su muro, y será pisoteada.
¡Despierta, despierta, Sión! ¡Sé fuerte! Ponte tus mejores galas, Jerusalén, la ciudad santa. Los extranjeros paganos no volverán a entrar en ti.
El invasor ha robado todos sus tesoros. Incluso tuvo que ver cómo las naciones paganas entraban en su santuario, gente a quienes tú les habías prohibido entrar.
“Una vez que hayas terminado de hacer esto durante estos días, entonces te acostarás de nuevo, pero esta vez sobre tu lado derecho, y llevarás los pecados del pueblo de Judá. Te haré permanecer allí durante 40 días, un día por cada año.
Así midió los cuatro lados. Había un muro que lo rodeaba, de quinientos codos de largo y quinientos de ancho, que separaba lo sagrado de lo común.
El hombre vestido de lino, que estaba por encima de las aguas del río, levantó ambas manos al cielo e hizo una promesa solemne por Aquel que vive eternamente. Le oí decir: “Durará un tiempo, tiempos y medio tiempo. Cuando la dispersión del poder del pueblo santo ha llegado a su fin, entonces todas estas cosas también llegarán a su fin”.
Entonces quise saber qué representaba la cuarta bestia, la que era diferente a las demás y tan aterradora. Tenía dientes de hierro y garras de bronce, y destrozaba y devoraba a sus víctimas, pisoteando lo que quedaba.
Hablará palabras de desafío contra el Altísimo y oprimirá al pueblo consagrado del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y las leyes, y serán puestos bajo su poder por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.
Creció en poder hasta que alcanzó al ejército celestial, arrojando a algunos de ellos y a algunas de las estrellas a la tierra y los pisoteó.
Entonces oí a un santo que hablaba, y otro santo le preguntó al que hablaba: “¿Por cuánto tiempo es esta visión -la eliminación del servicio continuo, la rebelión que causa la devastación, la entrega del santuario y el ejército de la gente para ser pisoteado?”
Él respondió: “Durante dos mil trescientas tardes y mañanas, entonces el santuario será purificado”.
“Así como han explorado el país durante cuarenta días, su castigo por sus pecados será de cuarenta años, un año por cada día, y verán lo que ocurre cuando me opongo a ustedes.
Y después de la resurrección de Jesús, estos salieron de los cementerios y entraron a la ciudad santa donde muchos los vieron.
Entonces el diablo lo llevó hasta la ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo.
“Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo podrán hacer que sea salada nuevamente? No sirve para nada, sino que se bota y es pisoteada.
Serán asesinados con espada y llevados como prisioneros a todas las naciones. Jerusalén será pisoteada por las naciones extranjeras hasta que se haya cumplido su tiempo.
¿Cuánto más merecedores de castigo creen que serán quienes hayan pisoteado al Hijo de Dios, siendo que han menospreciado la sangre que selló el pacto que nos santificaba, considerándolo como ordinario y trivial, y que han abusado del Espíritu de gracia?
Pero tres días y medio después, el aliento de vida de Dios entró en ellos y se pusieron en pie. Y todos los que vieron esto estaban horrorizados.
“Le daré poder a mis dos testigos, y profetizarán durante 1.260 días, vestidos de silicio”.
Entonces la mujer huyó corriendo al desierto, donde Dios había preparado un lugar para ella, donde recibiría cuidado durante 1.260 días.
Y me llevó en el Espíritu a la cima de una montaña muy alta. Ahí me mostró la ciudad santa, Jerusalén, descendiendo del cielo de Dios,
Y vi la santa ciudad, Nueva Jerusalén, descendiendo desde el cielo de Dios, preparada como una novia, embellecida para su esposo.
Si alguno quita las palabras proféticas de este libro, Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y de la ciudad santa que se describe en este libro.