Los filisteos atacaron a Israel y todos los soldados israelitas huyeron de ellos. Muchos israelitas fueron abatidos en el monte Gilboa.
2 Samuel 1:21 - Versión Biblia Libre ¡Montes de Gilboa, que no caiga rocío ni lluvia sobre ustedes! Que no tengas campos que produzcan ofrendas de grano. Porque allí fue profanado el escudo de los poderosos; el escudo de Saúl, ya no se cuida con aceite de oliva. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Montes de Gilboa, Ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas; Porque allí fue desechado el escudo de los valientes, El escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh montes de Gilboa, que no caiga sobre ustedes lluvia ni rocío, ni haya campos fructíferos que produzcan ofrendas de grano. Pues fue allí donde se contaminó el escudo de los héroes poderosos; el escudo de Saúl ya no será ungido con aceite. Biblia Católica (Latinoamericana) Que nunca más caiga sobre ustedes ni rocío ni lluvia,
montañas de Guelboé, campos verdes:
porque allí fue profanado el escudo de los héroes.
El escudo de Saúl no necesitaba aceite La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh montes de Gilboa, ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni campos de ofrendas! Porque allí quedó manchado el escudo de los valientes; El escudo de Saúl, no estaba ungido con aceite. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Oh montes de Gelboé! ¡No caiga más sobre vosotros rocío ni lluvia, ni seáis ya campos de primicias! ¡Porque allí fue abatido el escudo de los héroes! El escudo de Saúl no sólo ungido con aceite, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Montes de Gilboa, ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas; porque allí fue desechado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite. |
Los filisteos atacaron a Israel y todos los soldados israelitas huyeron de ellos. Muchos israelitas fueron abatidos en el monte Gilboa.
Al día siguiente, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, descubrieron los cuerpos de Saúl y de sus hijos en el monte Gilboa.
Tu cuello es alto y torneado como la torre de David, con tus collares como los escudos colgantes de mil guerreros.
Ponen la mesa, extienden las alfombras, comen y beben... “¡Levántense, oficiales! Preparen sus escudos para la batalla!”
La convertiré en un lugar desierto. No se podará ni se cortará más la hierba en ella: quedará cubierta de zarzas y espinas. Ordenaré a las nubes que no llueva sobre ella”.
“Esto es lo que dice el Señor Dios: El día en que fue bajado al Seol, Hice que las aguas profundas se lamentaran por él; detuve el flujo de sus ríos; retuve todas sus aguas. Cubrí de oscuridad al Líbano, y todos los árboles del bosque se marchitaron.
Ha cesado la ofrenda de grano y de vino en el Templo. Los sacerdotes y ministros se lamentan ante el Señor.
¿Y quién sabe si cambia de opinión y te bendice para que puedas ofrendar el grano y el vino al Señor tu Dios?
“Maldice a Meroz,” dice el ángel del Señor. “Maldice totalmente a los que viven allí, porque se negaron a venir a ayudar al Señor, a ayudar al Señor contra los poderosos enemigos.”
Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó diciendo: “El Señor te ha ungido como gobernante de su pueblo elegido.
Mientras tanto, los filisteos habían atacado a Israel, y el ejército israelita huyó de ellos, y muchos murieron en el monte Gilboa.
Al día siguiente, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, encontraron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte Gilboa.