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Juan 17:2 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

le diste a tu Hijo autoridad sobre toda carne, para que Él regale la vida eterna a todos los que Tú le diste.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tú le diste poder sobre todos los mortales y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

así como le diste potestad sobre toda carne, para que a todos los que le diste, a ésos les dé vida eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera vida eterna a todos los que tú le has dado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

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Otras versiones



Juan 17:2
31 Referencias Cruzadas  

A los que estaban allí les dijo: – Todas estas cosas me fueron entregadas por mi Padre, y nadie conoce plenamente al Hijo, sino el Padre, tampoco nadie conoce plenamente al Padre, sino el Hijo, o alguien a quien el Hijo quiera revelarlo, para que le conozca.


Y estos se irán al castigo eterno, pero los que hicieron la voluntad de Dios, tendrán la vida eterna.


Acercándose Jesús, les habló: – Me ha sido dada toda autoridad en el cielo como en la tierra;


Padre, deseo de todo corazón que donde yo esté, estén conmigo los creyentes que me diste, para que ellos vean mi gloria, la misma gloria que Tú me diste, ya que Tú me amaste antes de la creación del mundo.


Revelé tu nombre a las personas del mundo que me diste, eran tuyas y me las entregaste, han guardado y practicado tu palabra.


Yo oro por estas personas valiosas; no oro por el mundo, sino por ellas, ya que Tú me las diste y son tuyas,


El Padre ama a su Hijo, y todo lo entregó en sus manos.


pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, más bien, el agua que le daré se convertirá en una fuente inagotable de vida eterna.


Trabajen, no por la comida que perece y sí por la comida que permanece hasta la vida eterna. Ese es el alimento que el Hijo del Hombre les dará; porque Dios, el Padre lo escogió para esta tarea.


Todo lo que el Padre me da, a mí vendrá, y al que viene a mí, de ninguna manera lo echo fuera.


Y la voluntad del que me envió es que no se pierda ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el último día.


Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.


Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies.


es el mismo gran poder con el que Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en los lugares celestiales


para que ante el nombre de Jesús, toda rodilla se doble, de los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra;


Dios en Cristo me mostró toda su misericordia y paciencia, convirtiéndome en ejemplo de inspiración para que todos puedan creer en Cristo y recibir la vida eterna.


pero en esta etapa final, nos ha hablado de forma muy clara y directa a través de su Hijo, quien también es el heredero de todo y por medio de quien hizo el universo.


el que subió al cielo y está a la derecha de Dios Padre; tanto los ángeles como las autoridades y potestades se someten a Cristo.


Esta vida, ampliamente desarrollada fue revelada, la hemos visto y experimentado, también la hemos testificado con nuestras vidas y la anunciamos a ustedes para que fundamenten la vida eterna. Esta vida que es Jesús mismo, Dios igual al Padre, que se nos ha manifestado o revelado.


El mismo Jesucristo nos ha hecho una promesa y esta consiste en vivir la vida eterna.


También sabemos que el Hijo de Dios está aquí, y nos ha dado sabiduría para que conozcamos íntimamente al verdadero Dios; y estamos con Él, el verdadero Cristo, Hijo de Dios, quien es el Dios verdadero y la vida eterna.


Que permanezcan en el amor sacrificial de Dios, esperando en su interior la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna.