Jesús respondió: – Entonces, ¿cómo es que David, inspirado por el Espíritu, le llamaba: “Señor”?
Apocalipsis 1:10 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia En el día del Señor, el Espíritu se apoderó de mí y oí una voz fuerte como el sonido de una trompeta que provenía de atrás; Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, Biblia Nueva Traducción Viviente Era el día del Señor, y yo estaba adorando en el Espíritu. De repente, oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta, Biblia Católica (Latinoamericana) Se apoderó de mí el Espíritu el día del Señor y oí a mis espaldas una voz que sonaba como trompeta: La Biblia Textual 3a Edicion Y estando en espíritu° en el día dominical,° oí detrás de mí una gran° voz, como de trompeta, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fui arrebatado en espíritu, el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, |
Jesús respondió: – Entonces, ¿cómo es que David, inspirado por el Espíritu, le llamaba: “Señor”?
Era el atardecer del domingo, y estando los discípulos en un lugar con las puertas cerradas, por miedo a los judíos; vino Jesús y se puso en medio, y dijo: – Paz a ustedes.
Después de ocho días, los discípulos estaban reunidos nuevamente, y Tomás con ellos; y llegó Jesús estando las puertas cerradas, se puso en medio de ellos, y dijo: – Paz a ustedes.
El domingo nos reunimos todos para celebrar la Cena del Señor. Pablo tenía pensado irse al día siguiente. Él tomó la palabra y alargó su discurso hasta la media noche.
Por eso les advierto, que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede reconocer que “Jesús es el Señor” sino por el Espíritu Santo.
los domingos, cada uno de ustedes debe separar y guardar algo de lo que haya ganado en la semana. Así, no tendrán que hacer colectas cuando yo llegue.
Luego el ángel me llevó en el espíritu a un desierto; allí vi a una mujer cabalgando en una bestia roja; la bestia tenía nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos;
Y me llevó en espíritu a lo alto de una montaña y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, desde Dios;