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Juan 3:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo van a creerme si les hablo de las cosas del cielo?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si no creéis cuando os hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo vais a creer cuando os hablo de las cosas del cielo?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

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Otras versiones



Juan 3:12
13 Referencias Cruzadas  

Te aseguro que hablamos de las cosas que sabemos y de las que nosotros mismos hemos sido testigos, pero ustedes no creen lo que les decimos.


Jesús le dijo: ―Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.


Jesús respondió: ―Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.


El viento sopla por donde quiere y oyes el ruido que produce, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Eso mismo pasa con todos los que nacen del Espíritu.


No hay duda alguna de que lo que Dios ha revelado acerca de nuestra fe es muy grande: Cristo vino a la tierra como hombre, fue declarado inocente por el Espíritu, fue visto por los ángeles, fue predicado entre las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.


Quisiera decirles mucho más sobre este asunto, pero sé que, como no quieren entender, me va a ser difícil explicarlo.


Eso sí es amor verdadero. No se trata de que nosotros hayamos amado a Dios, sino de que él nos amó tanto que estuvo dispuesto a enviar a su único Hijo como sacrificio expiatorio por nuestros pecados.