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Mateo 18:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al comenzar a hacerlo, se le presentó uno que le debía miles y miles de monedas de oro.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y para empezar, le trajeron a uno que le debía diez mil monedas de oro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando comenzó a arreglarlas, le fue presentado uno que debía diez mil talentos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando comenzó a saldarlas, le presentaron a uno que le debía diez mil talentos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y comenzando a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil talentos.

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Otras versiones



Mateo 18:24
17 Referencias Cruzadas  

»Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.


Como él no tenía con qué pagar, el señor mandó que los vendieran a él, a su esposa y a sus hijos, y todo lo que tenía, para así saldar la deuda.


A uno le dio cinco mil monedas, a otro, dos mil y a otro, solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego, se fue de viaje.


El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil.


El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil”.


Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil”.


»Después llegó el que había recibido mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y toma el fruto de lo que no ha cultivado.


¿O piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?


»Llamó entonces a cada uno de los que le debían algo a su patrón. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?”.


Luego preguntó al segundo: “Y tú, ¿cuánto debes?”. “Cien bultos de trigo”, contestó. El administrador le dijo: “Toma tu factura y escribe ochenta”.