Había en la sinagoga un hombre que era controlado por un espíritu maligno. De repente, el espíritu gritó:
Marcos 5:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Tan pronto como desembarcó Jesús, un hombre controlado por un espíritu maligno le salió al encuentro de entre las tumbas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió de entre las tumbas a su encuentro. Biblia Católica (Latinoamericana) Apenas había bajado Jesús de la barca, un hombre vino a su encuentro, saliendo de entre los sepulcros, pues estaba poseído por un espíritu malo. La Biblia Textual 3a Edicion En cuanto desembarcó, en seguida vino a su encuentro de entre los sepulcros un hombre poseído de un espíritu inmundo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Apenas desembarcó, vino a su encuentro, saliendo de los sepulcros, un hombre poseído de un espíritu impuro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y saliendo Él de la barca, enseguida le salió al encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, |
Había en la sinagoga un hombre que era controlado por un espíritu maligno. De repente, el espíritu gritó:
Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un grito muy fuerte.
Jesús quería evitar que la gente lo apretujara. Así que encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una pequeña barca.
De nuevo comenzó Jesús a enseñar a la orilla del lago. Allí se reunió muchísima gente para escucharlo. Así que se subió a una barca que estaba en el lago y se sentó, mientras toda la gente se quedaba en la playa.
Dejaron a la gente y se lo llevaron en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas.
Jesús regresó en la barca al otro lado del lago. Entonces mucha gente se reunió alrededor de él. Por eso se quedó en la orilla.
Este hombre vivía en las tumbas y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
De hecho, muy pronto se enteró de su llegada una mujer que tenía una niña controlada por un espíritu maligno, así que fue y se arrojó a sus pies.
Al bajar de la barca Jesús, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Hacía mucho tiempo que este hombre no se vestía; tampoco vivía en una casa, sino en las tumbas.
Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre.