La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Hechos 26:14 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en hebreo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¡Solo te haces daño a ti mismo!”.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos caímos al suelo y escuché una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Es inútil que luches contra mi voluntad”.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Todos caímos al suelo y yo oí una voz que me decía en hebreo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? En vano pataleas contra el aguijón.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y al caer todos nosotros por tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: ¡Saulo, Saulo! ¿por qué me persigues? ¡Dura cosa te es dar coces contra el aguijón!

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Caímos a tierra todos, y oí una voz que me decía en dialecto hebreo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Duro es para ti dar coces contra el aguijón'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.

Ver Capítulo
Otras versiones



Hechos 26:14
11 Referencias Cruzadas  

Con el permiso del comandante, Pablo se puso de pie en las gradas e hizo una señal con la mano a la gente. Cuando todos guardaron silencio, les dijo en hebreo:


Al oír que les hablaba en hebreo, guardaron más silencio. Pablo continuó:


A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo. Era más brillante que el sol y su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes.


Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?”. “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—.


Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron. Estaban asustados, porque oían la voz, pero no veían a nadie.


¿O vamos a provocar celos en el Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?