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Hechos 12:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pedro salió detrás de él, pero no sabía si realmente estaba ocurriendo lo que el ángel hacía. Le parecía que se trataba de una visión.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Pedro salió de la celda y siguió al ángel, pero todo el tiempo pensaba que era una visión; no se daba cuenta de que en verdad eso estaba sucediendo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y saliendo, lo seguía; pero no entendía que lo que estaba sucediendo por medio del ángel era° real, sino que suponía estar viendo una visión.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Salió tras él, sin saber si era verdad lo que el ángel hacía; más bien le parecía estar viendo una visión.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía visión.

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Otras versiones



Hechos 12:9
12 Referencias Cruzadas  

Su madre dijo a los sirvientes: ―Hagan lo que él les ordene.


Pedro no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión. Mientras tanto, los hombres enviados por Cornelio, que estaban preguntando por la casa de Simón, se presentaron a la puerta.


Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía: ―¡Cornelio!


―Yo estaba orando en la ciudad de Jope y mientras oraba tuve una visión. Vi que del cielo bajaba algo parecido a una gran sábana. Estaba suspendida por las cuatro puntas, y bajaba hasta donde yo estaba.


Le dijo además el ángel: «Vístete y cálzate las sandalias». Así lo hizo, y el ángel añadió: «Échate la capa encima y sígueme».


»Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.


Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión. ―¡Ananías! ―Aquí estoy, Señor.


Por la fe Abraham obedeció a Dios cuando lo llamó. Por eso, salió para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia. Y salió sin saber a dónde iba.