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Hechos 12:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Una noche, Pedro dormía entre dos soldados, sujeto con dos cadenas. Afuera estaban unos soldados vigilando la entrada de la cárcel. Esa misma noche Herodes había planeado sacar a Pedro para hacerle el juicio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La noche antes de ser sometido a juicio, Pedro dormía sujetado con dos cadenas entre dos soldados. Otros hacían guardia junto a la puerta de la prisión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la cárcel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando Herodes lo iba a sacar, aquella noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas; y unos centinelas delante de la puerta vigilaban la cárcel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando Herodes se disponía a hacerlo comparecer, aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo en medio de dos soldados, sujeto con dos cadenas; y guardias ante la puerta custodiaban la cárcel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando Herodes había de sacarle, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta guardaban la cárcel.

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Otras versiones



Hechos 12:6
17 Referencias Cruzadas  

Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.


Pero, mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba con mucha fuerza y en todo momento a Dios por él.


El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.


Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Me han encadenado por tener la misma esperanza que tiene todo Israel.


«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas. Pero, cuando abrimos, a nadie encontramos adentro».


Dios me envió a anunciar esa noticia, y por eso ahora estoy preso. Oren para que hable con valentía, como debo hacerlo.


Le pido al Señor que trate con bondad a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de que yo estuviera preso.


Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no tengo miedo. Nadie puede hacerme daño».