La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Efesios 6:23 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pido a Dios el Padre y al Señor Jesucristo que les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz, y que les dé fe. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. Biblia Nueva Traducción Viviente La paz sea con ustedes, queridos hermanos, y que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les den amor junto con fidelidad. Biblia Católica (Latinoamericana) Que la paz, el amor y la fe vengan de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor, sobre los hermanos. La Biblia Textual 3a Edicion Paz a los hermanos y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesús, el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Paz a los hermanos, y amor, juntamente con fe, de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios el Padre, y del Señor Jesucristo. |
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Les escribo a todos ustedes, que están en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a ser parte de su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.
Pido a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo que les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.
En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.
Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.
Mi deseo es que Dios les dé paz y los trate con bondad. Pues todos los que viven de acuerdo a esta verdad son el Israel de Dios.
Que el amor inmerecido de Dios llene a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor eterno.
A nosotros, en cambio, nos interesa, por eso vivimos alertas, como si todo el tiempo fuera de día, siempre viéndolo todo con claridad. Vivimos protegidos por la fe y el amor, como con una coraza protectora. Nuestra seguridad en la salvación nos protege como un casco protege la cabeza.
Hermanos en la fe, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes. Y es justo hacerlo, porque su fe en Dios es cada vez más grande, y el amor que demuestran hacia otros sigue siendo mucho.
Le pido al Señor que da paz que les dé su paz siempre y en toda situación en que se encuentren, y que él los acompañe siempre.
Pero el amor de nuestro Señor fue grande. No merezco ese amor, pero él me dio la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.
Al salir para Macedonia, te encargué que te quedaras en Éfeso. Allí hay unos que dicen ser maestros dando falsas enseñanzas, y te pedí que les ordenaras que dejen de hacerlo.
El que no se preocupa por ayudar a los suyos, y sobre todo a los de su propia familia, ha negado lo que dice creer y es peor que un incrédulo.
Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal. Le pido a Dios que les dé paz a todos ustedes, los que pertenecen a Cristo.
Los saluda Juan. Escribo este libro a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Le pido a Dios, quien es, era y vendrá, que los llene de su amor inmerecido y de su paz. Lo mismo pido a los siete espíritus que están delante de su trono