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2 Tesalonicenses 1:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Así que nos sentimos orgullosos de ustedes ante las iglesias de Dios. Pues ustedes continúan confiando en Dios a pesar de soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Con orgullo les contamos a las demás iglesias de Dios acerca de la constancia y la fidelidad de ustedes en todas las persecuciones y privaciones que están sufriendo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Nosotros mismos hablamos de ustedes con orgullo en las Iglesias de Dios, porque se mantienen firmes y guardan su fe en medio de todas las persecuciones y pruebas que deben soportar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

hasta el punto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en medio de todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Esto nos permite sentirnos orgullosos de vosotros en las iglesias de Dios por vuestra constancia y vuestra fe en medio de todas vuestras persecuciones y de las tribulaciones que soportáis.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís.

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Otras versiones



2 Tesalonicenses 1:4
24 Referencias Cruzadas  

Vivan alegres, pues ustedes tienen esperanza. Muestren paciencia cuando les toque sufrir y nunca dejen de orar.


A los que hacen el bien para recibir gloria, honor y vivir para siempre, Dios les dará vida eterna.


Pero, si vamos a esperar lo que todavía no tenemos, entonces hay que hacerlo con paciencia.


En cualquier caso, cada uno debe seguir viviendo en la misma condición que el Señor le asignó. Quédense así como estaban cuando Dios los llamó a ser parte de su iglesia. Esta es la regla que doy a todas las iglesias.


Por eso siento gozo aun cuando soy débil o soy insultado, cuando tengo necesidades, soy perseguido por enemigos o cuando sufro dificultades por ser fiel a Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Yo le había dicho a Tito que me sentía orgulloso de ustedes. Y no me han hecho quedar mal. Al contrario, todo lo que le dijimos a Tito de ustedes fue verdad, tan cierto como todo lo que a ustedes les hemos dicho.


Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes. Estoy muy contento; aun en medio de todas nuestras dificultades mi alegría es abundante.


porque sé que tienen buenos deseos de ayudar. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios. Les he dicho que, desde el año pasado, ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha motivado a la mayoría de ellos.


De este modo, si algunos macedonios van conmigo a verlos, no los encontrarán desprevenidos. Pues, si así fuera, sentiríamos gran vergüenza de haber confiado tanto en ustedes. Creo que para ustedes también sería una vergüenza.


Recordamos delante de Dios, nuestro Padre, todo lo que hacen por medio de la fe y el trabajo que realizan por amor. No olvidamos la firmeza con que continúan confiando en la salvación que nuestro Señor Jesucristo les dará.


A ustedes, hermanos en la fe, les pasó lo mismo que a los hermanos de las iglesias de Dios en Judea. Estos hermanos, que creyeron en Cristo Jesús, sufrieron por causa de los judíos. Y ustedes sufrieron lo mismo por causa de sus compatriotas.


Después de todo, ¿cuál es nuestra esperanza y alegría?, ¿cuál será nuestro motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús cuando él venga? Pues ustedes lo son.


Le pido al Señor que los guíe en cómo amar como Dios ama y cómo resistir los sufrimientos como Cristo lo hizo.


Ustedes necesitan seguir confiando para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.


No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su confianza y paciencia recibirán las promesas.


Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.


Ciertamente, consideramos dichosos a los que creyeron en Dios hasta el fin. Ustedes han oído hablar de Job y de cómo soportó el sufrimiento hasta el final. Bien saben que el Señor al final lo trató muy bien. Es que el Señor es muy compasivo y amoroso.


Esfuércense también en tener dominio propio y, además del dominio, tengan paciencia, y a la paciencia agreguen entrega a Dios.


¡En esto se sabrá quiénes son creyentes fieles hasta el fin! Así se sabrá quiénes obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles a Jesús.