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1 Timoteo 6:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Es cierto que la verdadera religión es una fuente de ricas bendiciones, pero solo si uno está satisfecho con lo que tiene.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora bien, la verdadera sumisión a Dios es una gran riqueza en sí misma cuando uno está contento con lo que tiene.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Es verdad que la religión es un buen negocio, pero en otro sentido, si gracias a ella nos conformamos con lo que tenemos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Aunque, ¡fuente de gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por descontado que la religión es un buen negocio, pero a condición de que cada uno se contente con lo suyo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento.

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Otras versiones



1 Timoteo 6:6
23 Referencias Cruzadas  

»¡Tengan cuidado! —dijo a la gente—. Cuídense de todo deseo por tener siempre más, porque la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes».


―Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —le preguntaron unos soldados. Y les dijo: ―No exijan dinero a cambio de favores, ni hagan denuncias falsas. Más bien confórmense con lo que les pagan.


Ahora bien, sabemos que Dios prepara todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los cuales Dios ha llamado de acuerdo con su propósito.


Los sufrimientos que ahora tenemos son pequeños y no durarán mucho. Pero esas dificultades nos darán una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.


Porque yo vivo para Cristo y si muero lo considero ganancia.


pues, aunque el ejercicio físico trae algún provecho, amar a Dios es mejor. Pues quien ama a Dios ve cumplidas las promesas de Dios en esta vida presente, y también en la vida eterna.


Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.


Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; nunca los abandonaré».