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1 Corintios 14:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

En ese momento los secretos de su corazón quedarán al descubierto. Así que se arrodillará ante Dios, lo adorará y dirá: «¡Realmente Dios está entre ustedes!».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al escuchar, sus pensamientos secretos quedarán al descubierto y caerán de rodillas y adorarán a Dios declarando: «En verdad, Dios está aquí entre ustedes».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Este, al ver descubiertos sus secretos más íntimos, caerá de rodillas, adorará a Dios y proclamará: Dios está realmente entre ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

lo oculto de su corazón se hace manifiesto, y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, reconociendo que Dios está verdaderamente entre vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

se descubrirán los sentimientos ocultos de su corazón y entonces, postrándose, adorará a Dios, exclamando: 'Verdaderamente está Dios entre vosotros'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y de esta manera los secretos de su corazón se hacen manifiestos; y así, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está en vosotros.

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Otras versiones



1 Corintios 14:25
15 Referencias Cruzadas  

Se tiró al suelo hasta tocar la tierra con su rostro. Y allí, a los pies de Jesús, le dio las gracias, a pesar de que era samaritano.


Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!


Cuando vio a Jesús, dio un grito y se arrojó a sus pies. Entonces dijo con fuerza: ―¿Por qué te metes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me castigues!


La mujer le dijo: ―Señor, me doy cuenta de que tú eres profeta.


Pedro y Juan eran personas sin estudios ni preparación. Por eso, al ver la valentía con que ellos hablaban, los gobernantes se quedaron asombrados. Reconocieron que habían estado con Jesús.


Entonces los veinticuatro líderes y los cuatro seres vivientes se arrodillaron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: «¡Amén, Aleluya!».


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro líderes se arrodillaron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso. Estas representan las oraciones de los creyentes.