Lea volvió a exclamar: «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz». Por eso lo llamó Aser.
Lucas 2:36 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Había también una profetisa, Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana; casada de joven había vivido con su esposo siete años Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, Biblia Nueva Traducción Viviente En el templo también estaba Ana, una profetisa muy anciana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Su esposo había muerto cuando solo llevaban siete años de casados. Biblia Católica (Latinoamericana) Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. No había conocido a otro hombre que a su primer marido, muerto después de siete años de matrimonio. La Biblia Textual 3a Edicion Estaba también allí cierta profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ésta, de edad muy avanzada, había vivido con su marido siete años desde su virginidad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También estaba allí una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Tenía ya una edad muy avanzada. Casada cuando era jovencita, había vivido con su marido siete años Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; |
Lea volvió a exclamar: «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz». Por eso lo llamó Aser.
Así que Jilquías el sacerdote, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá y nieto de Jarjás.
Llegarás al sepulcro anciano, pero vigoroso, como las gavillas que se recogen a tiempo.
Entonces Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero y, mientras todas las mujeres la seguían danzando y tocando panderos,
»Y ahora tú, hijo de hombre, enfréntate a las hijas de tu pueblo que profetizan según sus propios delirios. ¡Profetiza contra ellas!
a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma».
Llegando en ese mismo momento, Ana dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre mis siervos y mis siervas, y profetizarán.
En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada.
En cuanto a los dones espirituales, hermanos, quiero que entiendan bien este asunto.
Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario y capaz de enseñar.
En la lista de las viudas debe figurar únicamente la que tenga más de sesenta años, que haya sido fiel a su esposo,
de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil;
En aquel tiempo lideraba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot.
Elcaná tenía dos esposas. Una de ellas se llamaba Ana y la otra, Penina. Esta tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno.