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Lucas 19:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando llegó cerca y vio la ciudad, lloró sobre ella,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando se acercó, al contemplar la ciudad, lloró por ella,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

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Otras versiones



Lucas 19:41
14 Referencias Cruzadas  

Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se echó a llorar.


Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu Ley no se obedece.


Me repugna mirar a esos traidores, porque no cumplen tus palabras.


Me llenan de indignación los malvados, los que abandonan tu Ley.


Por eso dije: «Aparten su mirada de mí; voy a llorar amargamente. No insistan en consolarme: ¡mi pueblo ha sido destruido!».


Sí, el Señor se levantará como en el monte Perasín, se moverá como en el valle de Gabaón; para llevar a cabo su extraña obra, para realizar su insólita tarea.


Pero si ustedes no obedecen, lloraré en secreto por causa de su orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio.


Pero yo no me he apresurado a abandonarte y dejar de ser tu pastor; tampoco he deseado que venga el día de la calamidad. Tú bien sabes lo que he dicho, pues lo dije en tu presencia.


¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!


»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¿Cómo puedo entregarte como a Admá? ¿Cómo puedo hacer contigo como con Zeboyín? Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas.


Dijo: —¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos.