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Juan 11:35
17 Referencias Cruzadas  

Génesis 43:30

Conmovido por la presencia de su hermano y no pudiendo contener el llanto, José salió de prisa. Entró en su habitación y allí se echó a llorar.

Job 30:25

¿Acaso no he llorado por los que sufren? ¿No me he condolido por los pobres?

Salmos 119:136

Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu Ley no se obedece.

Isaías 53:3

Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado y no lo estimamos.

Isaías 63:9

Si ellos se angustiaban, él también se angustiaba; el ángel de su presencia los salvó. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en los tiempos de antaño.

Jeremías 13:17

Pero si ustedes no obedecen, lloraré en secreto por causa de su orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio.

Jeremías 14:17

»Tú les dirás lo siguiente: »“Que mis ojos derramen lágrimas día y noche, sin cesar, porque la virginal hija de mi pueblo ha sufrido una herida terrible, un golpe muy duro.

Jeremías 9:1

¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo!

Lamentaciones 1:16

»Todo esto me hace llorar; mis ojos se inundan de lágrimas. No tengo cerca a nadie que me consuele; no tengo a nadie que me reanime. Mis hijos quedaron abandonados porque el enemigo salió victorioso».

Lucas 19:11

Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento.

Lucas 19:41

Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.

Juan 11:33

Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente.

Juan 11:34

—¿Dónde lo han puesto? —preguntó. —Ven a verlo, Señor —le respondieron.

Hebreos 4:15

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.

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