A cada uno de los israelitas que estaban allí congregados, que eran toda una multitud de hombres y mujeres, repartió pan, una torta de dátiles y una torta de pasas. Después de eso, todos regresaron a sus casas.
Lucas 14:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Más bien, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; Biblia Nueva Traducción Viviente Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando des un banquete, invita más bien a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. La Biblia Textual 3a Edicion Sino que, cuando hagas un banquete, invita a los pobres, a los mancos, a los cojos, a los ciegos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al contrario, cuando des un banquete, invita a pobres, tullidos, cojos, ciegos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, y a los ciegos; |
A cada uno de los israelitas que estaban allí congregados, que eran toda una multitud de hombres y mujeres, repartió pan, una torta de dátiles y una torta de pasas. Después de eso, todos regresaron a sus casas.
Ezequías, rey de Judá, obsequió a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas y cabras; también los oficiales regalaron mil terneros y diez mil ovejas y cabras. Y muchos más sacerdotes se consagraron.
Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es su fortaleza».
Así que todo el pueblo se fue a comer, beber, compartir su comida y a celebrar con gran alegría; porque habían comprendido lo que se les había enseñado.
Me bendecían los desahuciados; ¡por mí gritaba de alegría el corazón de las viudas!
El que oprime al pobre ofende a su Creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado.
si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas y como el mediodía será tu noche.
¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dar la espalda a los tuyos?
Se acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados, mudos y muchos enfermos más; los pusieron a sus pies y él los sanó.
Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el salón de bodas.
Den más bien a los pobres de lo que está dentro, y así todo quedará limpio para ustedes.
También dijo Jesús al que lo había invitado: —Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos, a su vez, te inviten y así seas recompensado.
Entonces serás dichoso pues, aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos.
El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y ordenó a su siervo: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo y trae acá a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.
Sin demora, Pedro se fue con ellos y cuando llegó lo llevaron al cuarto de arriba. Todas las viudas se presentaron, llorando y mostrándole las túnicas y otros vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas.
Así los levitas que no tienen patrimonio alguno, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que viven en tus ciudades podrán comer y quedar satisfechos. Entonces el Señor tu Dios bendecirá todo el trabajo de tus manos.
Y te alegrarás en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja como residencia de su Nombre, junto con tus hijos y tus hijas, tus esclavos y tus esclavas, los levitas de tus ciudades, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que vivan en medio de ti.
Te alegrarás en la fiesta junto con tus hijos y tus hijas, tus esclavos y tus esclavas, los levitas, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que vivan en tus ciudades.
Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario y capaz de enseñar.
y que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad, lavar los pies de los creyentes, ayudar a los que sufren y aprovechar toda oportunidad para hacer el bien.
Al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, santo y disciplinado.
Hermano, tu amor me ha alegrado y animado mucho porque has reconfortado el corazón de los creyentes.
No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.